Argentina: Son 15 años de estancamiento lechero

Los datos actuales son símiles a los de 1999 en cuanto a producción y en los 12 años de esta administración nacional nada pudo cambiar más que para peor.
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Los datos actuales son símiles a los de 1999 en cuanto a producción y en los 12 años de esta administración nacional nada pudo cambiar más que para peor. Gustavo Vionnet, especialista sectorial asegura que de no reaccionar a tiempo el quebranto se apoderará de tamberos e industriales de menor resistencia.
Vionnet, desde la Rural de Las Colonias, advierte sobre la crisis que toma carácter nacional.
Por Elida Thiery – Con tantos años de crisis lechera y sin modas que nos lleven a publicarla, a veces nos hacen salir de un repaso absoluto del tema que hoy se instala en medios nacionales y ojalá despierte de la modorra de la “década” a los funcionarios de quienes dependen ciertas decisiones que van más allá de la historia cíclica de la economía incorrecta de la Argentina, pero que podrían hallar alternativas con tan sólo querer torcer el destino.
Para avanzar en real repaso de lo que viene sucediendo una charla con Gustavo Vionnet es una de las cosas más aconsejables. Tambero, dirigente de la Sociedad Rural de Las Colonias, conocedor técnico de todos los aspectos lecheros y muy medido a la hora de juzgar las acciones orientadas al sector, nos facilita la tarea de acercarle la problemática a todos, dentro o fuera de la lechería.
Partiendo de la estructura que propone la política lechera del Gobierno Nacional desde hace 12 años, se debe arrancar de 1999, previo a la última gran crisis argentina y la sucesión de administraciones, donde la producción se daba alrededor de los 10.300 millones de litros al año, encontramos ahí el mismo número que la expectativa de producción que hay para este ciclo de 2015. «Estos datos hablan del absoluto estancamiento de la lechería durante los últimos 15 años”, lo cual tiene origen en varios conceptos. Allá por 2002, cuando se dio la crítica sobreoferta de lácteos por la imposibilidad de exportar, sobre todo a Brasil que era el principal cliente y por problemas de precio “nos dejó fuera del negocio y nos costó carísima, llegando a una baja muy importante en la producción”. Se llega a 2005, tambaleando y con el ingreso de Guillermo Moreno a la Secretaría de Comercio Interior, aunque también manejaba el exterior, “empezaron las intervenciones del Gobierno, gracias a los muy buenos precios internacionales, que no eran continuos, pero sí eran picos que permitían cifras excelentes”. Con el eterno temor de subir por mercado y no por inflación descontrolada, como se da ahora, los precios al consumo, las intromisiones comenzaron con las retenciones y luego con los precios de corte, que fijaban en un ingreso máximo de 3.200 dólares las ventas por toneladas a las industrias, porque sí y con un sistema que luego se diluyó y nunca tuvo beneficio para los tamberos, porque cuando se dijo que se iba a devolver con compensaciones en 2009 el dinero jamás apareció, “así fue que los productores nunca pudieron acceder a los beneficios del precio pleno internacional, sobre una exportación que rondaba los 2.500 millones de litros por año. Ese excedente del consumo interno se empezó a vender afuera a precios menores de lo que correspondía porque el Gobierno se quedaba con la diferencia. Así en una actividad como esta, cuando hay oportunidad de acolchonar fondos después de pasar momentos difíciles y poder soportar los próximos, le productor siempre quedó financieramente al límite y eso hizo que jugáramos a la defensiva, invirtiendo poco, tal es así que se han cerrado muchísimos tambos en estos últimos años y los que quedaron han crecido muy poco”. Vionnet asegura que entre 75 y 78 por ciento de los tambos argentinos producen menos de tres mil litros de leche por día, siguiendo una tendencia mundial, pero que aquí se hace inviable.
“Esto habla de una lechería debilitada, de productores que han invertido muy poco, sin escala, sin tecnología competitiva y de a poco, frente al avance fuerte de precios agrícolas importantes, más allá de las retenciones, el sector lechero fue el que lentamente fue perdiendo fuerza, al mismo tiempo que se debilitaron las industrias lácteas, que hasta 2005 venían con proyectos de inversión para la inserción tecnológica en las plantas, dejaron de hacerlo por no haber un clima propicio para los negocios”, si bien hubo novedades en el mercado, fue todo a la mínima escala.
El hombre de Esperanza se refiere a que “hoy estamos con industrias tecnológicamente atrasadas, con poca competitividad internacional por los altos costos en un marco en el que sólo se salvan unas pocas por acuerdos entre países, como es el caso de Venezuela. Se derrama hacia abajo esa situación deficitaria y de ese modo el productor absorbe toda la ineficiencia de la cadena”. En tanto, desde la industria hacia arriba, mirando al consumo, “son los mayoristas los que se quedan con márgenes exagerados en los precios, pero también orientados a los minoristas, hacen que tengamos los lácteos más caros del mundo, no ahora sino desde hace varios años”, e incluso sin ventaja alguna desde la propia cuenca lechera, o comprándolos al lado de las industrias.
Vionnet entiende que así “toda la cadena entra en un círculo no virtuoso, perjudicial al negocio de la cadena láctea”, porque con 15 años de estancamiento productivo, el problema es propio, ante Brasil que creció en este plazo 66 por ciento, Uruguay 70 puntos; y hasta Chile se expandió al 33, Nueva Zelandia 54 puntos porcentuales y el mundo en sí el 30 por ciento, por lo tanto en la política argentina está la clave y en sus figuras del momento la razón, ya que sin expansión seguimos en el mismo nivel productivo que en 1999.
Oportunistas
Sin poder sostener mercados, por la inconstancia que propone un sistema de autorización de exportaciones que provoca lástima, pero que en medio mueve millones que no vuelven jamás al sistema productivo. Pero Gustavo Vionnet que tiene gran recorrido en ideas y protestas lecheras subraya que “también esta idea de políticas han favorecido a algunos grupos de amigos del Gobierno, a la hora de sacarse fotos, o de aplaudir, que se vieron beneficiados con subsidios muchas veces no reintegrables, con tasas muy bajas en el acceso a créditos que para otros serían inalcanzables. Este tipo de cosas también aparecen en el medio”, recuerda Vionnet sin necesidad de dar nombres, porque la mayoría son casos por demás conocidos en el sector, con o sin cargos en el poder.
Se creyó entonces que con la iniciativa de la Liquidación Unica, del pago por calidad, que se impuso de manera forzada y sigue sin afianzarse, se podía convencer al sector, a pesar de iniciar al revés todo aquello que se pedía en el acta de San Francisco en 2002, que debería haber tenido comienzo en la leche y el precio de referencia, para tener parámetros que puedan controlar laboratorios tercerizados. A pesar de todo esto, sin positivos resultados la leche se sigue negociando por litro y ya se sabe que serán entre diez y 15 centavos los que se bajen al momento de llegar el mes de julio y pagar la materia prima que se entrega en estos días.
“No se trabajó para lograr la transparencia de la cadena láctea, en ninguno de los aspectos” dijo sin dubitaciones, sobre todo porque jamás en esta gestión de tres mandatos nacionales se pudo debatir la ganancia extraordinaria del sector comercial, el único engordado verdaderamente en estos 12 años transcurridos.
La moda del tema en medios nacionales empieza a despertar inquietudes, sobre todo porque son los tamberos los que empiezan a llamar a las entidades para movilizarse, ya que además de la leche son otras economías regionales las que están gritando su emergencia y el próximo martes en varios puntos del país, incluso con la organización de la Federación Agraria Argentina se van a dar movilizaciones que muestren la realidad y mucho antes del inicio de la concreta campaña electoral. “En los próximos 60 días se vendrán manifestaciones”, anticipa Vionnet, quien el viernes participará en una reunión de la Confederación de Asociaciones Rurales de Santa Fe, en la que el territorio ampliado evaluará acciones, ya mirando a una primavera en la que se tendrá que tener resuelto el modo de sacar excedentes al exterior para no seguir afectando los precios al productor, “hay 1.500 millones de litros de leche que se producen en la primavera y que nos pueden ahogar, lo que puede complicar mucho más esta crisis”.
Con deudas de hasta cuatro meses de producción, los tamberos siguen generando costos superiores a los ingresos y descubiertos infinitos, que de no tener definiciones crediticias más adecuadas “arrastrarán al quebranto a cientos de productores que deberán salir forzosamente de la actividad, con muchas vacas a remate”.
La coyuntura se debe paliar ya, definir de inmediato, pero al mismo tiempo desde Santa Fe se propone institucionalizar el mercado, transparentar todos los aspectos, además de poder avanzar en mercados de manera competitiva y con industrias adecuadas, propuesta factible por costos en la provincia y propiciada por los productores. “De no cambiarse el rumbo, Argentina seguirá acelerando su proceso de decrecimiento hasta el piso del mercado interno de 8.500 millones de litros, con la consecuente desaparición de las industrias y tamberos menos eficientes y de menor tamaño”, pero sin reacción del Gobierno, “con estas variables económicas, el nivel de endeudamiento de las empresas y de los productores será sumamente crítico y no se descartan las hipotecas para todas esas deudas”, concluyó.
Podemos hablar de problemas cíclicos, de esperar hasta el inicio del año próximo con un nuevo Gobierno, pero no hay que dejar de lado las responsabilidades de quienes permanecen en cargos públicos que están pasando el invierno para despedirse en el final de la primavera como si nada, pero incumpliendo las responsabilidades mínimas para el sector.
Que despierten todos, que así sea.
Elida Thiery

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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