Ayer se confirmó la retractación de las empresas, mientras tanto, Santa Fe arma una mesa de diálogo técnico y político para mejorar el encuentro de las partes que hacen a una economía regional fundamental. Puntos suspensivos para el conflicto.
EN EL SALON AMARILLO. Los productores y los representantes de industrias, convocados por Fascendini, ayer.
La noche del martes fue tormentosa, pero no necesariamente por lo climático, sino por la expectativa de conseguir una confirmación por parte de los tamberos, sobre la marcha atrás que supuestamente las empresas habían dado en la baja de precios.
Entre rayos y ráfagas intensas de viento, la lluvia caía como los mensajes y se empezaba a estimar que los precios de la leche de diciembre se mantendrían. Esta era una versión extraoficial que salía de la Secretaría de Comercio Interior, donde horas antes los industriales sólo se habían llevado la inquietud del Gobierno de no alterar el ritmo de pago de la leche y con ello apaciguar los ánimos en un año electoral.
Augusto Costa supo cómo trasladar la exigencia y horas después del encuentro solicitado por el Centro de la Industria Lechera, los directivos de las empresas empezaron a dejar trascender la posibilidad de revertir la decisión que hacía una semana atrás parecía indeclinable.
Hasta acá ha sucedido el anuncio informal de la baja, una manifestación de productores en Suardi el 31 de diciembre con la convocatoria para el 2 de enero a dialogar. Sólo Verónica abrió sus puertas y confirmó la contracción del tres por ciento en el precio, con lo cual se salió a movilizar al sector en lo político y formal para llegar al martes con la cita interna del CIL y su posterior encuentro con Costa. Fue así que la mañana de ayer llegó con la retractación. Williner y Verónica no bajarán la leche entregada como siempre y de palabra en diciembre, a pagarse en este mes, pero no descartan retomar la idea para la materia prima de enero, que pagarán en febrero.
Dejando de lado el tema liquidación única, para el que habrá tiempo la semana próxima, lo cierto es que es la primera vez que sin mayores tironeos los productores reclaman y consiguen revertir una decisión industrial. Tiene que ver en esto el lobby de muchos, incluso de los que callados dejaron que la situación esté al borde del colapso, haciendo valer sus influencias, como siempre sin trabajar demasiado. El problema económico de las empresas no desapareció, sólo se corre un mes el cálculo deficitario, de eso se trata el conflicto de base, donde el dólar y la falta de comandos políticos correctos sustentan el hecho.
Ahora se les dará lugar a los tamberos a esperar sus liquidaciones, a sacar cuentas para ver si está todo en regla y tomar el respiro que demande llegar a febrero para volver a replantearse el año productivo en su fase más biológica y en su tiempo más complejo donde las decisiones sobre insumos e inversiones será vital, mientras las lluvias no cesen aportando al clima de sensaciones muchos más milímetros caídos.
EN EL MINISTERIO
Santa Fe está haciendo su jugada diferencial. Carlos Fascendini convocó para las 11 de ayer en su Ministerio, para no tener que definir mucho, sino para escuchar lo decidido en otros espacios.
Recibió junto al secretario del Sistema Agropecuario, Agroalimentos y Biocombustibles, Luis Contigiani, en el Salón Amarillo, a todos los sectores, desde Rubén Brechbul, como representante de la Subsecretaría de Lechería de la Nación, al titular del CIL, Miguel Paulón, así como al referente de Apymel Santa Fe y Apymil, Mariano Viroglio, pero al mismo tiempo a un amplio rango de productores, entre los que se contaron al federado Daniel Oggero, al presidente de la Mesa de Productores de Leche de Santa Fe, Marcelo Aimaro, al esperancino, Gustavo Vionnet, el titular de Carsfe, Francisco Mayoraz, e incluso el presidente y vice de la Sociedad Rural de Rafaela, Darío Maina y Ricardo Andretich, respectivamente.
En el encuentro, la provincia de Santa Fe se comprometió a solicitar de manera directa a la Nación que instrumente alternativas financieras para mantener los precios a la producción. El Ministro expresó que “es muy importante poder conservar toda la cadena, por lo que significa para la economía y fundamentalmente para la cuestión social en la provincia, siendo un producto primario que se industrializa prácticamente en su totalidad en el territorio, con un agregado de valor que no tienen otros productos primarios”.
En la comunicación ministerial se expresa que “estamos dando canales de comercialización y apoyo a las pequeñas y medianas industrias -que muchas veces no tienen las posibilidades de las grandes-, por eso es importante tener un plan provincial y una política nacional que destaque a esta producción como estratégica para el país, que es lo que queremos lograr”, teniendo en cuenta que “el año pasado, la provincia tuvo episodios climáticos muy críticos que afectaron la producción. La provincia salió en auxilio implementando un sistema de crédito de cien millones de pesos para los productores, y estamos a punto de firmar un nuevo aporte, por otros cien millones –junto con el Nuevo Banco de Santa Fe-, para acompañar a los productores”, aclaró el Ministro.
LO QUE PASO
Adentro de la reunión se habló mucho, pero principalmente fueron los representantes de las industrias, de todos los tamaños los que reconocieron la necesidad de bajar los precios que se pagan a los tambos por una incapacidad económica para afrontar los números actuales, sobre todo de aquellas empresas que exportan, a las que se les cayeron muchas transacciones y a las que las aplastan los stocks de quesos y leche en polvo. Con un mercado interno que no prospera por inflación, sobre todo, la complicación para cumplir con los mismos precios para enero va a estar muy elevada.
Se puso mucho énfasis en la influencia gremial de los salarios dentro del mercado lácteo y los balances, e incluso de la insistencia para mantener planteles laborales en plantas obsoletas, sorprendiendo a los presentes esta manifestación en un ámbito de intercambio, con lo cual se entiende que será también con Atilra que deban dialogar, también. Nuestro país además de tener el litro de leche más caro en dólares, padece a la vez los costos laborales más altos en la misma moneda, duplicando las cifras de Estados Unidos, por ejemplo.
Confirmaron que el viernes 16 se dará la convocatoria de la Subsecretaría de Lechería al Cil, para poder repasar la situación, a lo cual los productores sumaron un planteo de invitación, para poder seguir ampliando el diálogo. De todos modos, allí el Gobierno Nacional tendrá que hacer algún aporte para el sostenimiento sectorial, a pesar que hoy se nieguen a avanzar sobre eso.
Los primeros días de febrero se replicará un encuentro como el de ayer en Santa Fe, donde se pondrá más énfasis en la influencia regional de esta economía, hecho apoyado por el Cil y que podrá crecer en esta idea de mesa técnica y política.
De cumplirse este tipo de condición, se dará algo que siempre pidieron los productores, no fijar los precios, pero sí estar al tanto de cómo se toman las decisiones, de las razones, para evitar medidas arbitrarias, aunque los dueños de las empresas no dejen esa condición, ante los productores que son los propietarios de la materia prima. Son los tamberos los que quieren dejar de tener el 16 por ciento de la participación del precio de góndola, para recuperar la ecuación de los 33 puntos, como funciona en otros países líderes lecheros.
En concreto, quedan puntos suspensivos para el sector, muchas charlas por delante, muchos acuerdos por darse, un ordenamiento pendiente, una política positiva, entre tantos otros temas, pero para eso ya habrá otros tiempos.
Por Elida Thiery
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