En diálogo con MyC Web, el presidente de CRA repasó varios temas. Advirtió que la inflación está “comiendo la rentabilidad ganadera”. También el panorama de la lechería y las economías regionales.
¿Qué balance hace de la situación ganadera?
La fuerte intromisión en los mercados que comenzó en 2006 y fue creciendo los años siguientes llevó a la caída del stock de más de diez millones de cabezas, un aumento de precios al consumidor y, como consecuencia de ese faltante hubo un mejoramiento en el precio al productor ganadero. Pero hay que tenen en cuenta que muchísimos productores ganaderos desaparecieron en ese lapso. Lo que nosotros vemos es que desde aquella mejora de precios al productor, día a día perdemos rentabilidad. Un estudio que hicimos en noviembre en CRA demostró que la capacidad de compra del productor ganadero del 2010 al 2011 decreció un 25%. La inflación se fue comiendo la rentabilidad del productor. Si nosotros haciendo una proyección a futuro continuamos con una inflación del 25-29% anual y el productor sigue percibiendo lo mismo o menos que antes, pronosticamos que para el año que viene estaríamos en una situación similar en cuanto rentabilidad a lo que fue la época terrible para la ganadería de 2006. En este sentido, si queremos salvar a la ganadería, es necesario que de manera urgente revirtamos esta situación, que se saquen las retenciones que tiene la carne, que haya un pequeño reacomodamiento en el tipo cambiario porque hoy nos saca de competencia para poder exportar y terminar con las restricciones internas que son los ROE rojos.
¿Cuál ha sido la suerte de la lechería en los últimos años?
Lo que nosotros vemos en todas las economías regionales es una caída de las rentabilidades producto de una inflación no reconocida por el Gobierno. Esto llegó a que se trabaje a pérdida en la lechería. Incluso obligando a productores a tener que tirar producción, algo que no nos gusta pero es consecuencia de la falta de respuestas que tuvieron los productores lecheros durante muchísimo tiempo. Ni desde el Ministerio de Agricultura, ni la Subsecretaría de Lechería, en infinidad de veces solicitamos sentarnos a discutir qué le corresponde a cada eslabón en la cadena lechera, pero lamentablemente nunca fuimos convocados. Llevó a qué por ejemplo, el productor lechero a mediados de 2012 percibía en la tranquera del tambo un precio inferior al que percibía en 2011. En cambio, el consumidor pagaba 6 pesos un sachet que en 2011 pagaba 4 pesos. Esta distorsión entre lo que paga el consumidor y lo que percibe el consumidor es lo que venimos advirtiendo permanentemente. En un trabajo realizado por CRA mostramos que en Estados Unidos, un 25% del precio final del producto lácteo va al productor lechero y en Nueva Zelanda, un 22%. En Argentina sólo es el 16% y lo peor es que en una tendencia decreciente cada año que pasa.
¿Qué panorama hay para las economías regionales?
También se enciende la luz de alarma en la sustentabilidad de las economías regionales por la elevada inflación que aumenta los costos internos por encima del precio de los productos locales. Este panorama pone en riesgo 900.000 empleos y el 57% de las explotaciones del país.
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