Argentina: Señora se fue el lechero

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El sábado a la noche y 10 días después de cumplir 84 años falleció Pascual Mastellone. Don Pascual, como le decíamos casi todos. A los veinte años se hizo cargo de la pequeña fabrica de Muzzarella y Ricota que había fundado su padre Antonino, cuando él nacía.
Trabajó junto a sus hermanos desde muy temprano, llevó a La Serenísima a ser una empresa reconocida por su calidad, a nivel mundial.
Inventó cosas, en la década del 60, la leche pasterizada, en la del 70, la leche en sachet, en la del 80, la leche cultivada y en los 90, la leche ultrapasteurizada.
Cuando intuyó que DANONE venía a la Argentina para quedarse se asoció a ellos, ma non troppo. Siguió manejando Su Empresa, las leches, los dulces, los quesos, las mantecas.
En el año 1978 revolucionó los tambos, multiplicando por dos o por tres la producción de leche por año y por hectárea.
Aplicó las mas modernas tecnologías, invirtió en sus plantas todo, a veces mas de lo que le aconsejaban los que estaban a su alrededor.
Fue a quien todos los secretarios de comercio presionaban o en consultaban. Muchas veces ¨lo arrinconaron¨ y él siempre pudo salir bien parado.
Típico hermano mayor de familia italiana, manejó la empresa con mano rígida y sus decisiones no eran objetadas e incluso ni siquiera discutidas.
Sabía de compra de leche, tenía productores realmente fieles, los mas de 4 millones de litros de leche diario que procesan lo testifican.
Sabía de fábrica, conocía cada equipo que instalaba en sus plantas. Los ingenieros lo “sufrían” cuando caminando por la pasillos de General Rodríguez preguntaba “ y esa válvula cuando y porqué la cambiaron…”.
Sabía de marketing, eligió a Cacho Fontana o Pancho Ibáñez y cuando probaba un comercial hacía poner a todos de espalda al televisor “por que así esta el ama de casa planchando, sin mirar el tv”.
Sabía de recursos humanos, poca gente que haya trabajado cerca de él no lo respetó y , casi seguro, que hoy se le nublaron los ojos.
Su Fábrica, como la llamaba, fue su vida. Su familia lo sabía y comprendía. Pero, como a sus yogures, le llegó la fecha de vencimiento. Y un 17 de agosto, como San Martin, después de pelearla por mas de 400 días se fue, manso y tranquilo.
Enviado especialmente por un lector de LL que conoció como pocos a Don Pascual.

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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