La leche bajará al productor entre 13 y 18 centavos en los pagos de julio y asi la lecheria se sigue concentrando.
Por Elida Thiery – Es difícil resignarse a que las crisis dejen una sangría, tal como la que viene por delante para la lechería argentina. Serán así los productores más ineficientes, los más débiles, los más chicos, así como las industrias de menor envergadura que no estén tan sólidas las que queden en este camino, en este capítulo de la historia de un sector que sufre y desde hace mucho.
No fue casual que tenga tanta emoción el remate que se hizo este sábado a la siesta en la Sociedad Rural de Rafaela. Fueron más de 400 animales, 180 en produccion y con urgencia de ser ordeñadas esa misma tarde, los que tiñeron de blanco y negro los corrales del fondo de la entida.
Ya al mediodía había interesados mirando de cerca las vacas, gente de otras provincias había llegado para llevarse de golpe, en una tarde.
Ricardo Andretich, el vicepresidente de la SRR, definió con un remate ágil donde el mismo atendió las consultas para liquidar su vínculo directo con el tambo. La elección de cada uno de los lotes fue muy precisa por los compradores, pero no se pudo evitar cierta nostalgia, incluso por parte de sus compañeros de Comision Directiva.
No fue una situación sencilla, pero sí necesaria para frenar una pérdida que en unos meses podría ser irrecuperable para Andretich. Los precios fueron razonables, los compradores sabían lo que hacían y la genética pesó en los mejores precios.
La situación general se está haciendo inmanejable, porque sobre las últimas horas de la semana anterior se confirmó la baja de entre 13 y 18 centavos por cada litro de leche, en las principales industrias de nuestra cuenca. Salvo SanCor, todas bajarán el precio, no tanto como tenían la intención, pero si será remarcado el recorte al productor, que simplemente acelerarará el proceso de desaparición de muchas las industrias menores y tambos, en este momento, como un capítulo más en la historia repetida, quizá para muchos necesaria pero en definitiva, no hace más que confirmar un proceso cíclico tantas veces mencionado.
Los remates no son tantos como se dicen, pero si existen y semanalmente promueven novedades.
La derivación de la leche de esta manera o través de la imposibilidad de procesarla de ciertas industrias genera más concentración y esto contradice cualquier tipo de discurso oficial.
Sigue sin haber convocatorias del Gobierno nacional, se amplía la brecha y la desventaja entre productores y comercializadores, los consumidores quedan en medio y el Ejecutivo no hara más que irse de su gestión con una cruz roja sobre la palabra lechería. La indignación es mucha, el malestar es de todos. También hay quienes quieren sacar provecho de esta situación, juegan su propio juego en un año político en el que nadie se queda afuera, de lo bueno y de lo malo de atravesar este ciclo olvidable, pero que no dejará de quedar registrado en espacios como este.
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