En conjunto con referentes de tamberos e industrias, el gobierno santafesino elaboró una propuesta que pide que se estimule la exportación de lácteos, se otorgue financiamiento y se transparente el mercado lechero.
La crítica situación de la cadena láctea llevó al Gobierno de Santa Fe, la provincia que concentra el 32% de la producción nacional de leche, a consensuar un plan para que el sector pueda salir de la grave crisis que afecta a las industrias lácteas y sobre todo a los tamberos pequeños y medianos, que tienen menos margen para aguantar la fuerte caída en el precio internacional de la leche.
En la propuesta, que será presentada al Gobierno Nacional, trabajaron los técnicos del Ministerio de la Producción santafesino y referentes de la Asociación de Pequeñas y Medianas Industrias Lácteas (Apymil), la Confederación de Asociaciones Rurales de la provincia de Santa Fe (la filial santafesina de CRA) y la Mesa de Productores de Leche de la Provincia de Santa Fe (Meprolsafe), entre otras entidades.
Uno de los primeros objetivos es lograr frenar la erosiva caída en el precio que reciben los tamberos por cada litro de leche cruda, que en los últimos meses cayó por debajo de los 3 pesos y sigue bajando, lo que originó bloqueos a industrias lácteas en Rafaela, Sunchales y Bella Italia, entre otras localidades.
“Esta no es una crisis más, se han conjugado una serie de factores que la hacen extraordinaria. Por lo tanto, si no se toman medidas urgentes, van a quedar en el camino muchos productores e industrias, y se va a ver afectado fuertemente el sistema económico y social de la Argentina en general y nuestra provincia en particular”, advirtió Carlos Fascendini, ministro de la Producción de Santa Fe y que será el vicegobernador de la provincia a partir de diciembre.
En Santa Fe, el sector lechero es estratégico: hay 4.130 tambos (el 35% del país) de los que viven unas 9.000 familias rurales. En estos establecimientos se produce un promedio mensual de 245/250 millones de litros (3.000 millones de litros anuales, el 32% del ordeñe nacional), con un rodeo lechero de más de 570.000 vacas en producción.
Además, las industrias lácteas mueven la aguja del empleo en localidades como Rafaela (base de Ilolay, La Paulina y muchas pymes), Sunchales (SanCor), Frank (Milkaut), San Jerónimo Norte (Adler) y San Justo (Tregar), entre otras. Según las cifras del Gobierno santafesino, en la provincia hay 130 industrias lácteas de las que salen el 40% de las exportaciones de la cadena lechera y generan puestos de trabajo directo para 8.000 personas.
Las primeras propuestas tienen la meta de reactivar el sector que perdió rentabilidad porque cayó por debajo de los 2.000 dólares por tonelada la cotización internacional de la leche en polvo, contra picos de U$S 5.000 dólares hace 15 meses, por la menor demanda del mercado asiático.
Por eso, se le solicita al Gobierno que las empresas que exporten productos lácteos tengan libre disponibilidad de las divisas que ingresen entre septiembre y diciembre, que se las autorice a liquidar las divisas con un máximo de seis meses de la fecha real del embarque y que se promueva el pago de una parte de la producción lechera con cheques de pago diferido, que puedan ser descontados en las Bolsas de Valores.
“Estos dos puntos apuntan a generar la posibilidad de financiamiento por parte de las empresas, para exportar los excedentes de primavera, descomprimir el mercado local y evitar la disminución de los valores recibidos por los productores. Las mismas fueron evaluadas con los sectores de la producción, la industria y representantes de las Bolsas de Valores de Rosario y Santa Fe”, explica el documento que difundió el Gobierno santafesino.
Pero el plan también avanza sobre los problemas de fondo, que tienen estancado el ordeñe argentino en 10.000 millones de litros anuales desde hace 15 años. Para mejorar la situación del sector, se propone: “Avanzar en serio, con la máxima decisión política y en forma urgente en un estudio de competitividad de la cadena de valor láctea, para equilibrar la distribución de excedentes o ganancias hacia el interior mismo de la cadena, especialmente haciendo eje en el análisis del sector de la comercialización, donde por distintos estudios, se sabe que tienen una remarcación final de productos excesiva y distorsiva”.
Además, se pide que se establezcan mecanismos de información pública que permitan transparentar el mercado de productos en el mercado local y las transacciones comerciales en la cadena láctea. Y que se definan instrumentos legales que permitan formalizar la comercialización, como la posibilidad de confeccionar acuerdos o contratos lácteos.
El documento termina con dos últimas propuestas: la primera, establecer una política de financiamiento activa y acorde para sostener a los tamberos e industriales con dificultades. La segunda, convocar en forma urgente del Consejo Federal Lechero para que se analicen las distintas propuestas de las Provincias y de la Nación, para evitar el cierre de tambos y fábricas, ya que se perderían no sólo los puestos de trabajo directamente afectados, sino todos los que genera por el efecto multiplicador de empleo que tiene la actividad tambera.
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