El subsecretario de Economías Regionales dejó su cargo y se sumó así a Marcelo Yasky, cuestionado por adulterar cifras.
La gestión interna del ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela, no pasa por su mejor momento. El lunes pasado se conoció públicamente la renuncia del subsecretario de Agricultura, Marcelo Yasky.
El primo del líder de la CTA oficialista (Hugo Yasky) -que había asumido en 2012 bajo la gestión de Norberto Yauhar- dejó su cargo envuelto en cuestionamientos por adulterar cifras en los informes sobre estimaciones agrícolas.
En rigor, esa política viene implementándose en el Ministerio de Agricultura desde la gestión de Carlos Cheppi en 2008/2009, quien decidió correr a Mario Camarero, un técnico de carrera de la cartera del campo que se negó a retocar las cifras.
La cuestión es que este jueves, según pudo saber La Política Online con varias fuentes oficiales, dejó su cargo el polémico Luciano Di Tella, que desde 2011 a la fecha es subsecretario de Desarrollo de Economías Regionales.
Di Tella -de 57 años- es hijo del ex canciller menemista Guido Di Tella y ha sabido mantener su espacio de poder en el kirchnerismo (antes fue subsecretario de Lechería del Ministerio de Agricultura).
El problema es que en los últimos tiempos, tal como lo contó este medio en su momento, su doble rol de funcionario/empresario comenzó a generar grandes recelos en los pasillos del edificio de la Avenida Paseo Colón.
Sucede que los Di Tella -de tradición tambera- son propietarios de las firmas lácteas Yatasto S.A. (en Navarro) y La Suipachense (en Suipacha) y desde su cargo público Luciano históricamente se ocupó de favorecer sus negocios familiares.
Así las cosas, lo cierto es que los últimos meses no fueron fáciles para Di Tella en Agricultura dado que quedó en medio de la intensa pelea entre Carla Campos Bilbao y Emilio Pérsico que vieen disputando ferozmente espacios de poder.
En este contexto, LPO intentó comunicarse con Di Tella para conocer las razones de su renuncia. Pero no hubo caso. Por el momento el ex funcionario no quiere hacer públicos los motivos de su partida.
Asimismo, en Agricultura creen que el éxodo no se quedaría ahí. Muchos dicen que la próxima en irse sería Campos Bilbao una vez que se oficialice el desdoblamiento de su área, aunque otros juran que jamás dejaría su cargo.
Como sea, no son los únicos funcionrios de Agricultura que atraviesan un mal momento. Otro que está en el centro de la tormenta es el propio jefe de Gabinete de Casamiquela, Héctor Espina, acusado por su supuesto rol de espía en la dictadura.
«Deberá brindar explicaciones sobre su paso por la cueva de servicios que constituía el Batallón 601 del Ejército», señala una investigación del periodista Lea Ross publicada en el sitio Ecos Córdoba.
www.lapoliticaonline.com
