Las usinas comenzaron a bajar el precio de la leche. Los dirigentes del sector, de uno u otro bando, parecen no tener herramientas para proteger a sus representados. En mayo la leche en Santa Fe se pagó apenas 0.7% más que en 2011
Todos conocen la famosa frase que habla de la realidad como única verdad. Los dirigentes tamberos también. Por eso, cada uno desde su vereda, empiezan coincidir sobre las serias complicaciones que van acentuándose entre los productores. Para algunos podría tener sabor a desengaño. Para otros es su profecía hecha realidad. El problema es que, por más parecidos que sean los diagnósticos, las parcialidades no parecen estar dispuestas a unirse en un sólo reclamo.
La realidad indica que el tambero cobra lo mismo -o menos- que hace un año, situación insostenible para cualquier sector de la economía. (Nadie gana los mismo que un año atrás, excepto los trabajadores precarizados o informales) Sin embargo, la información recabada por el Ministerio de la Producción santafesino indica que el promedio ponderado por litro pagado por las industrias en mayo es apenas $0.012 (0.7%) superior al de un año atrás; mientras que el valor de la leche de referencia es $0.046 (3.5%) más bajo.
Frente a esta situación las cámaras amigas del gobierno nacional emitieron sus respectivos comunicados condenando la baja e instando a los productores a que “no se dejen engañar por la industria”, que no sólo no debe bajarles el precio sino que podría subirlo en función a los precios internos y externos. Con mínimas variaciones, tanto Meprolsafe (los santafesinos) como los cordobeses de Caprolec indican en sus comunicaciones que las usinas podrían pagar entre $1.74 y $1.75.
Desde la Mesa Nacional de Productores de Leche, entidad que agrupa a las cámaras intransigentes del agro, piden más o menos lo mismo, pero en lugar de limitarse a un parte de prensa encararon -una vez más- el reparto de leche directo a los consumidores, que junto a los tamberos (en esto también coinciden a ambos lados de la calle) son los grandes perjudicados. Así, el martes 26 repartirán productos en La Matanza y en la capital cordobesa.
Cuestión de pesos
Según la estadística oficial santafesina, este año la baja al tambero se inició un mes antes que en 2011 y dos respecto a 2010, lo que denota un progresivo adelantamiento de las “bajas estacionales” que ocurren en todos los ciclos.
El valor de mayo fue de $1,565, contra 1,568 de abril (-0,2%), mientras que fue más pronunciado el recorte para la leche de referencia, que valió $1,276 contra $1,316 de abril; o sea 4 centavos menos (-3%). Se trata de la primera baja del corriente año y se espera que la tendencia se repita en los próximos meses.
En la comparación interanual, el promedio ponderado de mayo apenas se mantuvo sobre el de 2011, que había sido de 1,553. Pero el dato saliente es el de la leche de referencia, que vale menos que un año atrás, ya que en mayo de 2011 se había pagado $1,322, $0,046 más que este año. Más preocupante es la interpretación que puede hacerse sobre este ítem: se trata del fundamento sobre el que se apoya el Sistema de Liquidación Única implementado por el gobierno nacional (y largamente reclamado por la dirigencia tambera desde la crisis de 2002) a fines del año pasado por el cual se le debería estar pagando al productor por la calidad de su producción y no por cantidad. Si el sistema funcionara habría que decir que se cobra menos que hace un año.
¿Quien podrá defendernos?
“Hoy el sector industrial intenta instalar una fuerte caída de los valores en tranquera, que no tienen fundamentos reales”, dijeron desde Meprolsafe, y alentaron al productor a que “no se deje engañar por la industria”. Según el análisis técnico de la entidad, que incluye un relevamiento en góndolas, “en el peor de los casos” se puede pagar $ 1,74 para el mercado interno. En tanto, con un promedio de la tonelada de leche en polvo exportada en mayo de U$S 3912 podrían pagar $ 1.75”.
¿Qué proponen ante semejante despropósito? Le dicen al tambero: “usted podrá corroborar la información de los mercados externos en la página web del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación (www.minagri.com.ar) con destino de las exportaciones, la producción por provincia, las exportaciones por producto, los valores y toneladas a que se venden, precio promedio pagado al productor, indicadores lácteos etc.”. Palabras más o menos, lo mismo dijeron desde Caprolec.
Para Guillermo Gianassi, vicepresidente 2º de Federación Agraria y coordinador de la Comisión de Lechería de la entidad, “se está haciendo realidad lo que anticipamos hace mucho: si no había cambios profundos en las políticas lecheras íbamos a entrar en una situación muy complicada”. Para el dirigente “se está dando con productores que cobran lo mismo que hace un año o les alargan los plazos de pago, más anuncios de que en primavera se va a acentuar la baja”.
Ninguna de las dos posiciones parece tener capacidad para conseguir una mejora para el productor. A los díscolos no los atiende ni los escucha ningún funcionario. A los fieles los han engañado con promesas falsas (como la suba del 7% de marzo) con el agravante de que, pese a tener “línea directa” con el poder, le tiran el fardo al tambero: “no se deje engañar”, le dicen, como si tuviera algún poder de negociación en solitario frente a la industria. ¿No debieran ser ellos, en nombre de todos, con la potencia que puede darles el conjunto, quienes presionen con alguna chance sobre las usinas?
Tanto Meprolsafe (los santafesinos) como los cordobeses de Caprolec indican en sus comunicaciones que las usinas podrían pagar entre $1.74 y $1.75
¿Y los sólidos? La leche de referencia en Santa Fe vale menos que un año atrás. En mayo se pagó $1,276, $0,046 por debajo del $1,322 liquidado en el mismo mes de 2011.
¿Quien se queda con la renta?
Para Guillermo Gianassi debiera ser el gobierno quien determine dónde se queda la ganancia de la cadena lechera. De todos modos, “la FAA tiene claro que son sectores de la comercialización, grupos muy concentrados, grandes industrias también, los que se quedan con formidables ganancias en el medio de millones de consumidores que pagan cada vez más caro en góndola y de los 10.000 productores que no sabemos que hacer para llegar a fin de mes”.
A su entender, la concentración de la renta en la comercialización “se resuelve -como han hecho otros países- con legislación; por ejemplo, en muchos países el lácteo tiene, al lado del precio de venta, el valor que se pagó al productor”.
El dirigente se mostró convencido de que si se aplicara en la Argentina podría haber una especie de “control social” del asunto. “Se advertiría claramente que grandes hipermercados compran un queso duro a $35 el kilo y lo venden a $100”. Pero para lograrlo se necesitaría una ley, que no cree que pueda dictarse. “Hoy el gobierno tiene mayoría en ambas cámaras y saca una ley en 10 minutos, pero sobre esto no legisla, ni sobre arrendamientos (que a los tamberos nos afecta mucho)”, se lamentó.
Juan Manuel Fernández
jmfernandez@ellitoral.com
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