#Argentina: Lechería en Brasil: todas las realidades, todo el futuro

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En Brasil se producen más de 30 mil millones de litros de leche anuales. De ese total un 26% se producen en los estados del sur (Río Grande do Sul, Paraná y Santa Catarina), un 40% se producen en los estados del sudeste (Minas Gerais, Goiás, San Pablo), un 16% en el centro de Brasil (estados de Mato Grosso y Mato Grosso do Sul), un 7% en los estados de Amazonas y Pará y un 11% en el nordeste (estados de Bahía, y Pará, entre otros).De esas zonas los principales estados lecheros son: Minas Gerais con 5,4 millones de vacas y 8,4 millones de litros, Paraná con 1,4 millones de vacas y 2,6 millones de litros, San Pablo con 1,5 millones de vacas y 1,6 millones de litros, Santa Catarina con un millón de vacas y 2,4 millones de litros, Río Grande do Sul con 1,5 millones de vacas y 3,6 millones de litros, y Goiás con 2,5 millones de vacas y 3,2 millones. Como se ve la productividad desciende en zonas con mayores temperaturas, o hacia el trópico.
El 10% de las vacas lecheras de Brasil es Holstein, y en menor medida Jersey. El resto del rodeo está conformado por vacas cruza, y entre ellas tiene mucha importancia la raza sintética Gir Holando.
Si bien hay cerca de un millón y medio de productores, la inmensa mayoría de ellos, son productores que producen leche como estrategia de sobrevivencia en pequeñas explotaciones (el promedio es 15 vacas por productor) y producen pocos litros, aunque la productividad viene creciendo en todos los estados y en todos los segmentos. En este 2012, la productividad alcanza a 1.200 litros por vaca/año, con un rodeo de 25 millones de vacas en ordeñe, lo que da una perspectiva de todo lo que tiene por crecer la lechería del hermano país. “No hay una sola ciudad que no tenga una vaca”, en el país, se jactan los brasileños.
En la gira pergeñada por la empresa Semex, la zona que visitó el contingente de 30 productores, técnicos y encargados de tambos argentinos, es una de las más competitivas de Latinoamérica, en lo que hace a producción de leche.
Con epicentro en las localidades de Castro y Carambeí, la zona es reconocida por su alta productividad en todos los rubros, y por la importancia del asociativismo. “Lo que ustedes van a ver aquí no es un espejo de la producción lechera de Brasil, es un núcleo muy competitivo, de los cuales sobresalen un grupo de tambos encerrados de altísima competitividad”, apuntó Giardini.
Con el sello de los holandeses
Mucho tiene que ver con esta realidad, la llegada en 1911 de una migración de holandeses que vinieron a construir el ferrocarril en la zona y trajeron ganado y maquinarias para producir leche. Y aunque muchos murieron por fiebre amarilla, sus predecesores (al igual que en otra parte del mundo), han demostrado que son los productores lecheros más competitivos del mundo.
El portal Wikipedia señala que “el auge de la inmigración neerlandesa (holandesa) se produjo entre 1899 y 1940, cuando alrededor de 8.200 neerlandeses emigraron a Brasil. El gobierno brasileño inició un proyecto de colonización para la instalación de los inmigrantes europeos. En 1908, los inmigrantes de los Países Bajos, de la provincia de Holanda Meridional, establecieron la colonia de Gonçalves Júnior en Paraná. Los inmigrantes neerlandeses encontraron varias dificultades, como los bosques densos, epidemias, plagas de langostas, cerdos y ratas, lo que llevó a la dispersión de la colonia”.
Añade que: “En 1911, un grupo de 450 inmigrantes de la provincia neerlandesa de Holanda Meridional, incluyendo pobladores de Gonçalves Jr., se establecieron en Carambeí. Los inmigrantes neerlandeses fundaron en el año 1925 la Sociedad Cooperativa Hollandeza de Productos Lácteos Batavo, la primera cooperativa lechera en Brasil, reconocida nacionalmente como Batavo desde 1941. La Cooperativa Batavo, junto a la Cooperativa Castrolanda y Cooperativa Agrícola Arapoti, son tres ejemplos a nivel de eficiencia y asociativismo.
Por supuesto que el entorno ayuda, ya que se trata de una región elevada (alrededor de 950 metros sobre el nivel del mar), lo que le da características climáticas especiales, con un clima templado con días pasables y noche frescas.
La zona tan favorable para la producción tiene pro y contras, por un lado se trata de tierras con ondulaciones y quebradas, y los holandeses tuvieron que lidiar mucho para drenar los campos, y canalizar, y adecuar esos suelos con altos Ph (que llegaban a 3,8) y zonas pedregosas y arenosas, para que sean bien productivos. El incluyó una fuerte reposición de nutrientes, que provenían de granjas porcinas (en principio el eje de la producción de cerdo era la bosta y no la carne) y lecheras. Toda esa tarea, les permite hoy obtener cosechas de más de 15.000 kilogramos de maíz seco y 70 toneladas de silo por hectárea, o más de 10.000 kg. De materia seca de raigrás, en tres cortes.
Es importante señalar que en la zona de Castro está bien definido el invierno y el verano, y llueve durante todo el año (60% en verano y 40% en invierno) entre 1.600 y 1.800 milímetros.
Pero no solo las condiciones agroecológicas favorecieron el desarrollo de la lechería, sino que el asociativismo es otro de los aspectos clave. Las cooperativas además se han unido para potenciarse, ganando escala y amparar tecnológicamente a sus asociados.
Por ejemplo, los afiliados a las Cooperativas Agro-Pecuaria Capal de Arapoti, Batavo (300 asociados con sede en Carambeí) y Castrolanda (250 asociados con sede en Castro) que forman el Grupo ABC, se benefician de las técnicas y sistemas desarrollados por la Fundación ABC garantizando una actualización técnica constante de los 1.300 cooperados, abarcando un área de 250.000 hectáreas, en el centro-este del estado de Paraná. Y no solo en investigación, sino que hay desarrollos empresariales en conjunto (ver nota aparte).
Una zona productivista
En la zona de Castro hay alrededor de 50 mil vacas, y muchas chacras. Conviven cerca de 700 productores, con poco más de 60 vacas promedio. El promedio de producción es de 7.500 litros por vaca, y pueden verse todas las realidades productivas, en su gran mayoría con sistemas mixtos, destacándose muchos tambos que han encerrado los animales (15% del ganado de esa zona) en establos en los cuales se tiene especial cuidado del bienestar animal. Están bajo techo, con ventiladores, aspersores de agua, con acceso a agua fresca y alimentos frescos suministrados 3 a 4 veces por día, lo que convierte a la zona de Castro, en la de mayor productividad de leche en el país. A juicio del ingeniero zootecnista Winston Giardini, productor y técnico de la empresa Alltech, quien guió al contingente argentino, el confinamiento con confort es necesario ya que el clima de la zona no es bueno para las vacas. “La humedad promedio en el verano es del 85%, y en el invierno es del 75%, y eso no es bueno para los animales”.
Pero además, como los productores quieren y deben crecer, pero es muy difícil comprar tierras, el objetivo está puesto en el crecimiento vertical. Ya en la actualidad el 70% de la producción de leche, proviene sólo del 20% de los productores. “Es que en la década del ´80  con 500 litros se vivía bien y hasta se viajaba a Europa. Hoy con 5.000 litros no se puede hacer lo mismo”, apuntó Giardini.
El confort hace la diferencia
Todos los productores de la zona usan de mayor o menor tamaño usan silo de maíz y concentrado, y pasto (sorgo y pasto italiano en verano; y avena y raigrás en invierno), y los subproductos o balanceados son provistos por la cooperativa, a precios menores que los de mercado.
Los productores brasileños están cobrando entre 45 y 48 centavos por litro y en Castrolanda, desde hace 35 años se paga por calidad. Por ejemplo, él mismo como productor cobra un precio base de 71,5 centavos de real y por calidad hay premios (o descuentos), y su empresa percivbió por la leche de octubre 89,35 centavos de real (mostró la liquidación). “Quizás se trata de uno de los precios más altos del mundo”. Hay que decir que de todos modos el 80% de la leche que se entrega está por debajo de las 20 mil UFC, y que en Brasil el destino del 40% de la leche es la Leche fluida UHT, un negocio que desarrolló Parmalat y siguieron otras firmas.
En su disertación en un hotel de Castro, Giardini puntualizó que con la base de una buena nutrición, desde hace tiempo todo el esfuerzo está puesto en brindar confort a las vacas.

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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