Argentina: Las #lácteas resisten el pago de un “aporte solidario” al gremio

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$ 1.700 por empleado por mes Son US$ 40 millones anuales. Varias firmas fueron a la Justicia y se quejaron en Trabajo.
Cuando María Elena Walsh escribió en 1964 los versos de “El reino del revés” seguro no imaginó que en la Argentina llegaría un momento en el que los empresarios se sublevarían ante el abuso de los sindicalistas. Eso sucede 50 años después en la industria láctea, donde muchos patrones del sector han decidido dejar de pagar un “aporte solidario” al gremio, por cerca de 40 millones de dólares al año.
Este conflicto invertido lo protagonizan la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera (Atilra), liderada por Héctor Ponce, y las firmas que elaboran lácteos, divididos por tamaño en la Asociación de Pymes Lecheras (Apymel) y el Centro de la Industria Lechera (CIL). Por estos días, los actores están dando las puntadas finales a una paritaria que cerraría con un aumento escalonado del 35%. Pero esa negociación se ve amenazada por este “aporte solidario”, que no va a los bolsillos de los trabajadores sino al de su entidad gremial.
Todo comenzó hace siete años, cuando luego de duras protestas ante las principales industrias, como SanCor y La Serenísima, el gremio lechero consiguió que las empresas aceptaran pagar este aporte extraordinario, que comenzó siendo de 100 pesos mensuales por cada empleado de la industria. Con los años, la contribución patronal fue aumentando mucho más rápido que la inflación. Hoy se ubica en 1.700 pesos mensuales por trabajador y llegaría a más de 2.400 pesos en el nuevo acuerdo.
Como en la industria trabajan unas 20 mil personas, fuentes empresarias estiman que Atilra embolsa unos 40 millones de dólares al año. El gremio defiende el aporte argumentando que solo así puede prestar un buen servicio de salud. Inauguró además imponentes centros de capacitación en Sunchales o Villa María. Pero los detractores de Ponce aseguran que la plata se usa para fines mucho menos virtuosos, como pagar el viaje de decenas de sindicalistas a alentar a la selección de fútbol en el Mundial o al boxeador Marcos “Chino” Maidana en Las Vegas.
Lo cierto es que en épocas de vacas flacas para la lechería, muchas Pymes se rebelaron y han recurrido a la Justicia. Allí la pelea está abierta, pues Apymel ha logrado amparos a su favor pero el gremio también obtuvo los suyos.
En el poderoso CIL, que agrupa a los jugadores más grandes, hay un fuerte debate. Luego de que varios socios amagaran con renunciar, se decidió recurrir al Ministerio de Trabajo para que se pronuncie sobre la legalidad de ese millonario aporte al sindicato. Allí contarían con opiniones a favor, como la de la viceministra Noemí Rial. Pero el gremio tiene cartas para jugar: Atilra siempre ha mostrado cercanía con el Gobierno y también brinda soporte político a muchos funcionarios, comenzando por Arturo Videla, nada menos que el subsecretario nacional de Lechería.
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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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