#Argentina: La rentabilidad en su nivel más bajo

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El aumento de los costos internos, sumado a la mayor presión fiscal, agravan las cuentas de las empresas, cuyos resultados en muchos casos se acercan a cero, o al tan temido «rojo». La industria láctea, por la caída de los precios, pasa un difícil momento.Los altos niveles de inflación, cuando se sostienen por demasiado tiempo, tienen muchos efectos negativos, entre ellos reducir los índices de rentabilidad, un fenómeno creciente en las empresas argentinas.
La rentabilidad es el índice que mide la relación entre las ganancias y la suma de los costos y la inversión.
A partir de mañana, llegarán a la Comisión Nacional de Valores (CNV) los balances del tercer trimestre del año de varias empresas presentes en el mercado de capitales. Por los comentarios previos, los resultados no son nada buenos.
Según el Observatorio de la Actividad Metalúrgica de Córdoba, 42,8 por ciento de los empresarios del sector aseguraban en septiembre del año pasado que la rentabilidad había caído; ese porcentaje subió a 72,4 por ciento en abril y mayo de este año y llegó a 79,6 por ciento en septiembre último.
El estudio elaborado por Economic Trends para la Cámara de Industriales Metalúrgicos y Componentes de Córdoba (Cimcc), muestra que para el sector el tipo de cambio del peso con el dólar debería ser 27 por ciento mayor al valor oficial.
“En el sector metalmecánico hay dos realidades. Las empresas protegidas por el cierre de las importaciones tienen un nivel de rentabilidad histórica, porque son los únicos que se venden. Pero aquellas que no fueron favorecidas, están en una situación muy complicada”, asegura Emilio Etchegorry, presidente de la Cimcc.
Según el directivo, esto provoca en las empresas lo que se denomina la “pérdida de calidad”. Las compañías dejan de hacer resguardos por imprevistos (roturas de máquinas, pago de indemnizaciones, etc.) y empiezan a “financiarse” dejando de pagar impuestos.
Otro rubro golpeado es la industria láctea, que sufrió el aumento en los costos internos y la caída de los precios internacionales, lo que ha puesto en peligro a grandes compañías y, en varios casos, provocó la partida de accionistas internacionales (ver Lácteas en peligro).
“Según su mix de productos, algunas tienen rentabilidad negativa de dos a cinco por ciento de su facturación”, explica Ércole Felippa, presidente de la Unión Industrial de Córdoba (UIC) y titular de Manfrey.
Ladrillos y comercio. Una situación similar se da en el rubro desarrollista, que entre 2003 y 2004 tuvo niveles de rentabilidad superiores a 20 por ciento anual y que hoy se ubica por debajo de 10 por ciento.
“El problema es que cayó la venta en un año que, si se cuentan dos aumentos salariales, los costos están 35 a 37 por ciento por encima de 2011. Hay empresas que empezaron a bajar los precios y algunas trabajan casi sin rentabilidad”, indica Enrique Maluf, titular de la Cámara Empresarial de Desarrollistas Urbanos de Córdoba (Ceduc).
En los primeros nueve meses del año, el sector vio caer las ventas 1,7 por ciento comparado con el mismo período de 2011. Pero si el análisis se restringe a departamentos y casas, la baja fue de 28 por ciento.
También cayó la rentabilidad del rubro comercial. Según la Cámara de Comercio de Córdoba, en la última década bajó 18,5 por ciento, en el mismo período en el que la presión impositiva aumentó 34 por ciento.
En este sector, la suba de los costos fijos (salarios, alquileres, etc.) incidió en gran manera. Pero a esto se sumó la caída en las ventas, que este año promedia 30 por ciento en volumen comparada con el año pasado.
“La mayoría de los negocios apuesta a las promociones, los descuentos con tarjetas y los planes en cuotas, lo que también reduce un poco la rentabilidad. Si ofrece un descuento de 10 por ciento, ocho lo financia la tarjeta y dos el comerciante”, explica Luis Oliva, gerente de la entidad comercial.
Inflación, la causa del mal. La causa más importante de la caída de la rentabilidad es la inflación, que eleva los costos por encima de la posibilidad de las empresas de aumentar los precios de sus productos.
Una parte de esta suba en los costos está relacionada con los aumentos de los salarios, que intentan seguir de cerca la inflación. Según un análisis del Ieral, de la Fundación Mediterránea, el costo laboral unitario en dólares de la industria argentina en el tercer trimestre del año fue 47,3 por ciento mayor que en 1998.
“En la industria láctea, el costo laboral representó históricamente 14 a 15 por ciento del costo total, hoy la incidencia supera 20 por ciento”, recalca Felippa.
Un estudio de Ieral Pyme muestra que desde 2007 hasta la actualidad los aumentos en los costos de las Pyme industriales superaron siempre los incrementos en los precios de sus principales productos (ver gráfico). Otro relevamiento indica que en agosto pasado la cantidad de firmas que esperaban a futuro una menor rentabilidad eran más del doble de las que esperaban un aumento.
En industrias que compiten con el resto del mundo, la caída de la rentabilidad también “está vinculada al atraso cambiario; en el último año, la competitividad cambiaria de Argentina contra Brasil cayó 27 por ciento, como consecuencia de nuestra mayor inflación y de la devaluación en Brasil”, explica Gastón Utrera, titular de la consultora Economic Trends.
Otro factor que reduce la rentabilidad es la mayor incidencia de los impuestos. Según el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), entre 2000 y este año la recaudación del Estado en todos sus niveles pasó a representar de 22,4 a 36,6 por ciento del producto interno bruto.
Lácteas en peligro
Sancor. Registró $ 25,2 millones de pérdida en el ejercicio del tercer trimestre del año.
La Serenísima. En su balance semestral cerrado en junio de 2012 mostró un resultado negativo de 95,67 millones.
La Lácteo. Preparaba una tercera planta; como los resultados eran inferiores a lo previsto, el socio Agropur se fue del país y puso en venta sus acciones.
Lácteos Conosur (La Suipachense). Por fuertes pérdidas, su dueña Watt’s vendió la firma a Comunicaciones Cono Sur.
http://www.lavoz.com.ar

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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