El acuerdo prevé revisiones periódicas en función de la estructura de costos. Impacto sobre insumos importados.
Todavía no se extendió a todo el país, y por la devaluación del peso, los “precios cuidados” ya están en la mira de las empresas que adhirieron al acuerdo.
En tanto, el resto de los sectores ya recibieron el cimbronazo de la disparada de los precios, en especial los que se arman con productos importados o tiene un alto componente de insumos que vienen del exterior. Eso va desde repuestos de autos hasta productos medicinales o equipos o repuestos para máquinas. Para muchos de estos sectores, hoy “no hay precio” porque desconocen dónde parará la devaluación del peso.
El propio acuerdo de “precios cuidados” admite que se podrán hacer revisiones periódicas — trimestrales— de los precios en función de la evolución de las diferentes variables que impactan en los costos de provisión y abastecimiento de los distintos productos. También se admiten revisiones por incrementos de costos justificados por cambios en las condiciones económicas de producción o el contexto general.
Por eso, Economía bautizó el acuerdo como de administración flexible de precios, más que de congelamiento. Esa flexibilidad de precios es mayor — mensual- en frutas y verduras, por las variaciones propias de la estacionalidad.
Para esa revisión de precios, Economia se comprometió a hacer un seguimiento de las estructuras de costos y a mantener un permanente intercambio de información con toda la cadena de producción y comercialización de los productos acordados.
Ahora, cuando todavía está fresca la tinta de los acordado días atrás, la disparada del dólar está llevando a las empresas a revisar sus costos y sus margenes de rentabilidad. Y consideran que la revisión trimestral quedó alterada por el brusco cambio de una variable clave, como es el dólar, que abre una dinámica de propagación de la inflación que ya afectan sus estructuras de costos.
Economía ya está prevenido de los pedidos que se vienen y ya adelantó que se tomará su tiempo para analizarlos.
El argumento de Economía es que por la estructura oligopólica de buena parte de la agroindustria, el “dólar alto” lleva a las grandes firmas, que tienen mayores posibilidades de exportar, a alinear los precios internos y sus ganancias a los valores internacionales que ahora, en pesos, son más altos. Y además que puedan manejar el abastecimiento del mercado interno en función del objetivo de incrementar los precios domésticos.
La conclusión de Economía es que a mayor depreciación del peso, mayor debe ser la regulación e intervención de los funcionarios. Este es el nuevo conflicto que se abre entre las grandes empresas y la Secretaria de Comercio.
En tanto, para toda una serie de sectores el traslado a los precios internos del dólar más caro es casi lineal, como todo lo que proviene del exterior o se arma total o en forma parcial en el país.
A partir de este nuevo escenario, la inflación interna tiene nuevos componentes, a lo que se agrega un mayor encarecimiento del crédito, sobre el que se sostiene una buena parte de las ventas.
Combustibles y salarios irán marcando la dinámica de la inflación.
Por ISMAEL BERMUDEZ
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