Los modelosde tres establecimientos que ponen el foco en distintas variables para intensificar la producción.
El noreste cordobés sigue haciendo punta en la intensificación de tambos con distintos esquemas de organización, sosteniendo la inversión en infraestructura y profundizando una tendencia que busca equipararlos con instalaciones líderes a nivel internacional.
Con muchos detalles todavía por ajustar, pero con la meta clara en sostener el modelo y crecer en productividad, tres establecimientos de la zona de Arroyito, Sacanta y Calchín abrieron sus puertas para contar los secretos de la actividad tranqueras adentro.
Cerca de un centenar de productores y profesionales formaron parte del Tour Lechero Bayer Argentina 2013, organizado por la empresa Todo Agro y que recorrió los caminos del departamento San Justo.
La primera parada fue en La Piedra Libre, a siete kilómetros de Arroyito, cuyo tambo fue fundado en 1957 por Juan Murina, suegro de Oscar Carreras (presidente de Sancor).
En su rol de productor, está adherido al Programa de Desarrollo Tecnológico (PDT). La propuesta es bien interna, sin estar pendiente de las oportunidades y amenazas externas. Mejorar las debilidades y aprovechar las fortalezas.
Uno de los objetivos es pasar de la tradicional empresa familiar a una organización empresaria. Y se cumple con cada integrante involucrado a pleno.
“Acá todos hacemos todo”, advierte Carreras antes de enumerar las tareas que padres e hijos se distribuyen. Una de las satisfacciones es que sus hijos continúen en la actividad.
El tambo está encerrado desde hace cinco años, con el rodeo dividido en cuatro lotes y recría propia. En 14 hectáreas concentran los piquetes y suman otras siete para la recría.
Entre las ventajas, cuentan con la liberación de hectáreas para agricultura, el ahorro de tiempo en alimentación (en tres horas dan de comer a 1.100 animales) y el mayor detalle en la información individual.
Trabajan con semen sexado y la selección de vacas para aumentar la producción anual. Hoy generan 6.600 litros diarios a un promedio de 24 litros por animal.
Carreras reconoce que tiene pendiente una mejora genética. Y si bien buscan crecer en cantidad de cabezas, pero hoy están enfocados en aumentar la producción individual.
“Estamos invirtiendo a futuro en un reemplazo de todo el plantel en base a producción propia. Tenemos lotes de punta con 30 litros de promedio. Contamos con la base, nos falta trabajo”, comentó.
En plena crisis de 2001 decidieron dejar de inseminar para reducir costos y hoy se siente en el plantel. Fue una decisión de coyuntura que, sin embargo, no la recomiendan.
Este año entrarán a producción unas 200 vaquillonas, por lo que construyeron una pista de comida de 400 metros de frente y encararán galpones para más confort y tratamiento a los lotes de puntas. El objetivo es concentrar 700 vacas en ordeñe en poco tiempo.
A lo grande. Si de agrandarse se trata, uno que no teme tomar iniciativas es Miguel Ángel Bessone, otro de los productores que apuesta fuerte a la intensificación.
En su tambo de Calchín presenta una innovación única en Latinoamérica: un sótano debajo de la fosa de ordeñe, donde instaló toda la maquinaria y sólo dejó en superficie las succionadoras.
Las ventajas que aporta esa estructura es un ambiente más silencioso y tranquilo para el rodeo durante la producción, además de la posibilidad de acondicionar el equipamiento sin detener el ordeñe.
El sistema puede funcionar 24 horas sin parar. En la actualidad cuentan con 12 bajadas por lado, aunque aspiran a duplicar esa capacidad. En el futuro que imaginan asoman 1.500 vacas en ordeñe, en tres turnos diarios.
El sistema de gestión de rodeo genera reportes automáticos que se disparan por correo electrónico al encargado de cada tema puntual.
Los Bessone apuestan fuerte, como cuando en el mismo año compraron un campo y una fábrica de queso en la que procesan su producción.
“Mi padre siempre miraba hacia adelante. Nunca le tuvo miedo a los bancos. Si podía pagar la cuota, hacía el negocio”, contó Miguel, quien junto a sus hijos Mauro y Mario conducen dos tambos con 800 vacas en 730 hectáreas, a los que le suman otras 400 para agricultura.
En 2012 llegaron a los nueve millones de litros, con un crecimiento de producción individual que fue de los 26 a los 31 litros en seis años, duplicando el resultante por hectárea.
El rodeo en ordeñe está dividido en cuatro lotes y se mueve en piquetes que ocupan 60 hectáreas. Los terneros se crían en jaulas desde 1994 porque entienden que así logran obtener una mejor sanidad.
Como dijo el asesor Juan Martinengo, buscan vacas que vivan lo más “anónimamente” posible, en el sentido de que tengan muy pocos eventos negativos en su vida. Mejor organización para tener menos problemas y mayor producción.
Puntos de vista
Oscar Carreras
“Es un año mucho más tranquilo para el productor y para la industria, más allá del clima en un caso y de los vaivenes del mercado en el otro. Los valores internacionales siguen altos y el mercado interno sigue teniendo buena demanda”.
Miguel Bessone
“El desafío más grande de tener un tambo de estas características es dar mayor confort a los animales. En esta zona, el estrés calórico es terrible. Seleccionamos el rodeo con criterios basados en la alta producción”.
Enrique Piatti
“Si la vaca se desempeña con confort y con salud, estos sistemas se expresan de muy buena manera. Con mayor control del ambiente, la estructura permite tomar mejores decisiones. La apuesta es a una infraestructura a 20 años”.
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