Pese a la suba de 44% en el valor internacional de la leche en polvo, las industrias mantendrán la quita efectuada en enero. El poderos sector lácteo industrial logró en los últimos años: eliminar las retenciones, y en solo un mes bajar el precio al tambero y aumentarlo a los consumidores locales.
Como si fuera un logro desde Santa Fe, la Mesa Provincial de Lechería anunció que acordó con las industrias lácteas que se mantendrá el precio de la leche pagado en enero a los tamberos. El presidente del Centro de Industrias Lecheras (CIL), Miguel Paulón, indicó que se comunicó a los productores esa situación.
El representante empresario señaló que “se repetirían aproximadamente los mismos valores que en enero” para la leche pagada al tambero. Para el caso de quienes entregan a Saputo, Williner, Milkaut y Verónica, al menos, eso significa que se mantendrá el descuento unilateral aplicado por las empresas en 10 centavos, un 3% del ya exiguo precio que percibían.
Al mismo tiempo Gustavo Vionnet, dirigente de la Sociedad Rural del departamento Las Colonias, celebró que gracias a un acomodamiento de los precios internacionales “de alguna manera se destraba la situación” y contó que “de 2.300 dólares la tonelada pasó a valer 3.270 dólares y eso de alguna manera da otra señal”.
Que lo festeje Paulón -vocero de las industrias- tiene coherencia. Después de todo es parte de su trabajo y para eso le pagan. Pero que lo anuncie como una buena noticia un dirigente ruralista resulta desconcertante. Y que el mismo dirigente subraye que “la situación se destrabó” debe sonar a burla de muchos productores.
Es difícil comprender con cuánta complacencia la dirigencia ruralista acepta la transferencia de rentabilidad de sus representados a las poderosísimas industrias lácteas, y con lo combativa que se muestra cuando se trata de transferencias o aportes al Estado nacional.
Como si todo esto fuera poco, las industrias también mantendrán los precios a salida de fábrica del mercado interno. En enero, mientras se justificaba la baja de precio al tambero por caída del precio internacional, la evolución de precios de los lácteos se incrementó.
Según el IPC nacional urbano que emitió el Indec el pasado 13 de febrero: la leche aumentó un 1,2% respecto de diciembre, los quesos un 0,6%, y otros productos lácteos un 1,2. Está claro que la rentabilidad de las industrias creció por todos los costados posibles.
Las poderosas multinacionales Milkaut y Saputo, y sus rémoras vernáculas Verónica y Williner, se beneficiarán por partida triple: no solamente lograron bajar el costo de la leche un 3% sino que además incrementarán sus ingresos por exportaciones en un 44%, que es el nivel de aumento desde mediados de enero a mediados de febrero, según la cotización Fonterra.
Y mientras todo esto ocurría se beneficiaron con los aumentos en las góndolas de los productos que venden en la Argentina. Si se recuerda que además las retenciones del 15% dejaron de aplicarse para las exportaciones lácteas desde 2009, la ganancia de estas empresas resulta casi obscena.
El Enfiteuta – Diego Ramírez
