Carlos González, presidente de la filial Bunge de la Federación Agraria Argentina, y miembro de la Mesa Nacional Lechera (MNL) aseguró que «hoy solo quedan los grandes tambos, que tienen diversificada su producción y pueden aguantar».
“En números redondos, el productor hoy está recibiendo alrededor de 2$ por el litro de leche. Pero, mientras eso es un 30% más que hace 2 años, en ese lapso por ejemplo, el gas oil valía la mitad o menos que hoy. En la góndola la inflación acompaña a los productos lácteos y a veces la supera. Lo que no es lo mismo al productor. La diferencia que hay entre la góndola y el productor es un abismo, y cada vez se acentúa más. El ejemplo claro está en la leche, y también con el estallido del pan. Ambos, productos básicos e indispensables para “La mesa de los argentinos”, como dicen algunos”, señaló a “Siempre que llovió…, paró”, Carlos González, presidente de la filial Bunge de la Federación Agraria Argentina, y miembro de la Mesa Nacional Lechera (MNL).
Consultado sobre la situación del sector, González destacó que “Hoy solo quedan los grandes tambos, que tienen diversificada su producción y pueden aguantar. En el periodo Kirchner, para marcar un lapso, han desaparecido cerca de 6.000/7.000 tambos. Es un 50% de los tambos que hay en la Argentina. Lo que pasa es que la producción se sostiene porque han aumentado el tamaño de los que quedaron. La concentración es muy grande, y generalmente tienen una explotación muy diversificada. Hacen agricultura en gran escala, en algunos casos ganadería, y así aguantan y tienen más espalda, pero el chico está al horno”, señaló.“Si esto sigue así, aunque bajen un poco los alquileres, no queda ninguno (productor chico)”, agregó.
Respecto a la producción, González consideró que “Suponemos que en la primavera va a haber un poco más de producción, y como están limitadas las exportaciones… Antes había un poco de libertad aunque sea para exportar suero de queso, caseína y otros productos, pero hoy hay Roe lácteo para todo”, se quejó respecto a las restricciones que se impusieron también a la exportación de lácteos.
También se lo consultó sobre la situación respecto a otros países productores, y consideró que “Si uno compara Argentina con Brasil, ellos triplicaron la producción. O sea, de 10.000 millones de litros que producían como nosotros hace 15 años, hoy están en 30.000 millones. A su vez, China, de 10.000 millones de litros que producían hace 10/12 años hoy está en 35.000 millones. El resto de los países de Latinoamérica aumentaron en un 50%/70%. Incluso Venezuela nos supera en los incrementos de producción. Eso es terrible porque el impacto de la lechería no solo se da en el valor de un producto que es esencial para la alimentación, sino en la mano de obra regional que genera. Es una relación 10/15:1 contra la agricultura. Entonces provoca éxodo en los campos y en los pueblos”, afirmó.
En cuanto a las razones por las que se desembocó en semejante situación, el dirigente federado consideró que “Hay una falta total de política agropecuaria, con desconocimiento. Hasta incluso le hacen mentir a la presidenta, porque dice cosas que no son reales”, dijo.
Finalmente, consultado sobre las necesidades de los pequeños y medianos productores que caracterizan a la Federación Agraria Argentina, González destacó que “Al pequeño productor se lo puede defender con rentabilidad y transparencia en los mercados, porque eso defiende al pequeño, al mediano y al grande. Acá no hay una lucha entre grandes y pequeños, la lucha la generan las diferencias que hace el Estado a través de su intervención. Si acá hubiera libertad para producir leche y exportar, si no hubiera un control estricto en cuanto al dólar y si el Estado gastara menos de lo que gasta y malgasta, entre otras cosas, no habría inflación, que es el peor pecado que puede cometer un país, y nosotros en eso somos expertos»
Y añadió: «Al haber inflación se distorsiona todo, y el Estado interviene mal, porque si acá se hubiera permitido que se exportara y hubiera valores internos adecuados, no se hubieran perdido 10 millones de cabezas o no habría un estancamiento en la producción lechera, y todo ese excedente de producción permitiría que los argentinos estén abastecidos a precios razonables y hubiera ingresos de divisas al país por la exportación. Pero si no hay cambio en la estructura política eso no va a cambiar”.