El 31 de enero venció el acuerdo entre Argentina y Brasil por el cupo de exportaciones que desde hace años impone el país vecino.
Como todos los años las conversaciones, que sorprendentemente se da entre privados y no entre estados, vienen duras. Con la excusa de la reunión que la Federación Panamericana de Lechería desarrolló en Rosario la semana pasada autoridades del CIL se reunieron con sus pares brasileros y trataron de hacer el primer contacto para tantear la mano.
Luego de dos días de conversaciones la pelota se tiró para adelante y se arregló extender el actual status hasta fin de Abril, por lo que hasta esa fecha se seguirá manteniendo el actual sistema que consiste en que el CIL seguirá recibiendo las Licencias, las que serán remitidas a la Secretaría de Comercio para que sean evaluadas.
Este tipo modelo de convenio ha desatado muchas críticas por lo bajo por parte de algunos empresarios que sostienen que las reglas no son del todo claras y que dentro del CIL no hay una distribución equitativa de los permisos. La otra gran crítica es que Argentina el año pasado se quedó con una cuota menor a la que se le otorgó a Uruguay.
La diferencia de ambos acuerdos es que los charrúas optaron por una negociación entre gobiernos y no entre privados, como es el caso de nuestro país.
Dicen algunos de los que participaron de las reuniones que la idea es esperar hasta el mundial para ver cómo están los ánimos en el país vecino y saber cuánta leche podremos exportar al mercado más apetitoso de Sudamérica.
Por Damián Morais
