Argentina: En el #tambo La María, el agua se llevó $ 6 millones

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El establecimiento, ubicado en Ballesteros, perdió animales, forraje e infraestructura por la crecida del río Ctalamochita.
El campo La María está ubicado a medio camino entre Ballesteros y Ballesteros Sud. Con auto sólo se puede llegar hasta la tranquera. Sigue rodeado de agua y con grandes lagunas en su interior. En el pico de la crecida del río Ctalamochita apenas se veía un hilo del alambrado sobre la superficie. La totalidad de las 435 hectáreas quedaron sumergidas, tapando cultivos, reservas, animales y maquinaria. Las pérdidas, según estimó el productor lechero Federico Brinner, están en el orden de los seis millones de pesos.
Brinner lleva un detallado registro de las crecientes anteriores y dice que esta fue peor. En la zona más baja del campo llegaron a medir 3,20 metros de profundidad. No duda en señalar un mal manejo en los recursos hídricos y así se lo hizo saber a las autoridades provinciales cuando se llegaron a la zona. “Este año pensábamos llegar a los 20.000 litros diarios y 600 animales en ordeñe. Con esto, tenemos que romper todos los proyectos y empezar de nuevo”, remarcó.
Sin perder tiempo en lamentarse, Brinner reacondiciona el tambo que habían desactivado en el campo de su padre, hacia el norte. De 420 vacas en ordeñe que tenía al subir el río, a 220 ya las llevó a ese campo. Otras las mantuvo en actividad en dos tambos vecinos. Pero perdió una veintena en el fango y por la acción de la escorrentía.
Con vacas que no podían alimentarse a causa de los trastornos de la crecida, La María perdió 75 por ciento de su producción diaria. Ayer pudo volver a ordeñar después de 20 días, con unos pocos animales que quedaron en un sector más alto.
Perjuicios
En la pelea por salvar algo de la producción, el suelo le jugó una mala pasada. Se hicieron pozos que no resistieron el paso de las máquinas y perdió bajo el agua un tractor nuevo que le habían entregado cuatro meses atrás. El problema más grave que enfrenta ahora es el alimento para unos 800 animales. Las 180 hectáreas de alfalfa que tenía se perdieron en su totalidad. Otras 140 hectáreas sembradas de maíz y sorgo empezaron a mostrar caída de plantas por falta de oxigenación de la raíz y signos de necrosis, en suelos que no pueden ni pisarse por el agua que contienen. Estos cultivos iban a ser la reserva para el invierno.
Los silos bolsa también están con medio metro de agua y no se sabe aún cuáles serán las consecuencias cuando baje la crecida.
Si calcula los costos de implantación de lo perdido, más lo que dejó de percibir por no cosechar y no poder transformarlo en leche, la suma se vuelve varias veces millonaria. “A su vez, tendremos que salir a comprar insumos. Empezamos a vender vacas porque sabemos lo que se viene. Los plazos se acortaron y no tenemos respuesta de ningún estamento político”, se quejó Brinner. Admitió que los productores viven “con un grado de desesperación permanente”, que ayer se agravó por una nueva crecida del río. “Todos piden a gritos que no larguen tanta agua, para que se sequen los campos y no se mueran más animales”, reclamó.
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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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