En un año muy particular para la empresa, Mastellone Hermanos cayó dos puestos en el ranking de reputación empresaria. El vencimiento en dólares de una deuda y un mercado que no crece como antes, fueron las causas de que La Serenísima se desprendiera de una planta de pre-recibo de la materia prima en Ranchos y de la división de leches para niños de uno a tres años que La Serenísima elabora con la marca Crecer.
La planta pasó a manos de la francesa Danone por US$22 millones de dólares. Pascual Mastellone salió al cruce de versiones sobre la venta de la compañía, diciendo que seguirá al frente hasta 2018. El titular de la empresa láctea anticipó hace un mes a iEco que parte del dinero embolsado por la venta irá a la construcción de un polo lácteo en San Luis y a la planta de quesos y leche en polvo que está terminando de construir en Trenque Lauquen.
Con 4.500 empleados, La Serenísima facturó $7.479 millones en 2012, 22,7% más que en 2011. Es decir, por debajo de la inflación. Los primeros seis meses del año pasado perdió $96 millones.
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