Todo nació en la Mercoláctea 2013, cuando un circuito con forma de ruta, invitaba a los productores a manejar el tambo intentando aprovechar las rectas de un buen contexto y tomar con precaución las curvas del riesgo.
Y fue Gustavo Almada (jefe de la Agencia de Carlos Pellegrini y referente lechero de la zona), un entusiasta de la metáfora desde la primera hora, quien en el marco del Proyecto Territorial de la Zona Mixta de Santa Fe, la hizo germinar y desplegarse en los espacios de capacitación que se están llevando adelante en la región y que seguramente continuarán.
Porque si en la recta del buen contexto resultaba oportuno hablar de las curvas del equipo de trabajo, la alimentación, la productividad, la carga, la dinámica del rodeo, el ambiente, la calidad de la leche, en un contexto mucho menos favorable, se vuelve indispensable.
Así, Gustavo trabaja en cada nuevo encuentro, con la tensión entre la potencia y el control que implica una gestión efectiva de la empresa. Invita a prestar atención a las señales del entorno lechero, reconocer oportunidades y amenazas, detectar la propia posición en el sistema, robustecerse y acomodarse a los tiempos de ajuste a partir de estos indicadores.
El 6 de julio fue en San Jorge, el 12 de agosto en María Juana, el 26 en Gálvez y el 27 en Roca.
Además del proyecto territorial, Cambio Rural II y la gente del Programa Más Calidad de la Secretaría de Lechería de la Nación, también se suman a estos espacios, promoviendo la formación de grupos, incentivando la participación de los que ya están agrupados junto a sus promotores, y difundiendo la actividad en la región.
En cada uno de los encuentros los productores, de las localidades próximas, participaron activamente del intercambio, problematizaron las causas de sus indicadores, compartieron preocupaciones y conversaron con los técnicos formas de abordarlas, ya que el diseño de la charla tiene desde el vamos un espacio dedicado a la práctica y testeo de los indicadores en el propio tambo.
Tratando de sintetizar la experiencia hasta el momento, Gustavo apunta: «Se trata de verle el lado positivo a las actuales circunstancias y que cada empresario repiense la estrategia de producción poniendo en el horizonte un 2016 con devaluación probable. Muchas empresas deben asumir la necesidad de «adelgazar», trabajar con un presupuesto financiero, porque sin un plan todas las acciones se convierten en reactivas y se puede perder fácilmente el rumbo. Lo que buscamos con «Manejando el tambo» es una actitud proactiva, aquella que en lugar de padecer lo que se viene, pretende afectar su entorno.
La invitación a manejar es una convocatoria interesante en múltiples sentidos: reconoce a la ruta como contexto del cual no es posible salirse a la vez que deja en el conductor un poder de maniobra importante y decisivo en la trayectoria, y en la llegada a destino.
Aportar a un manejo defensivo exitoso es una tarea que el INTA se encomienda y que esta propuesta recrea y seguirá recreando en cada nuevo encuentro. Los técnicos de la Experimental y de cada Agencia involucrada, acompañan la travesía por la pista lechera.
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