Argentina: Córdoba: ordeñan en un #tambo con ruedas

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En Monte Maíz, la familia Montechiari implementó un sistema de tambo móvil, ideal para tierras arrendadas. Mantienen el rinde de litros diarios, evitan la mastitis y logran mantener a la tierra en buen estado.
Rodolfo Montechiari busca un resquicio de sombra en el campo de Monte Maíz que limita con Wesceslao Escalante, localidades cordobesas linderas con la ruta provincial 11, a 300 kilómetros de la ciudad capital y a 45 de Corral de Bustos. Encuentra la sombra cerca de los fardos, apoya la palma de la mano en el tronco joven de un árbol y habla con calma. “Seguimos pensando que el tambo rinde económicamente. Hay meses que perdés y otros que ganás”, grafica sobre los avatares de la producción láctea en el país. En esa búsqueda del equilibrio los Montechiari encontraron una solución para la nueva manera de producir: tienen un tambo móvil, con capacidad para 13 bajadas de cada lado. Así, les sacan leche a 275 vacas con dos ordeñes por día, a las 12 del mediodía y a las 23.
Rodolfo habla de las crisis pero no se queja: cuenta el problema y enseguida avanza en una solución. Eso hizo su familia, adecuándose a las nuevas reglas del negocio agropecuario y plantando (es una forma de decir) un tambo que se desplaza por el campo. El tambo móvil es una casilla que está sobre ruedas. El equipo, bomba de vacío y equipo de frío, va en otra casilla, a la par del tambo. De este modo, el animal casi no camina; sale del lote y va directo a la sala móvil de ordeñe, frente adonde pasta. “Los resultados son muy buenos”, dice Rodolfo, casi tapado por el ruido de las vacas bajando del tambo.
Los Montechiari se animaron a este sistema después de varios años de pensarlo. “Si tenemos que salir de este campo por alguna cuestión, nos llevamos el tambo”, dice, entre real y risueño. Una de las ventajas es que evita el hacinamiento de barro en caso de lluvias porque el tambo se va corriendo. Otra, el animal no espera en ensenadas, se va al lote inmediatamente después del ordeñe. No se estresa, no espera, no camina y el sistema móvil reduce los problemas de mastitis, inflamaciones en las glándulas mamarias. “Entre los pro y las contra, la balanza se equilibra y la vaca se beneficia con el tambo móvil. La producción y la calidad son las mismas que con una instalación fija”, dice Rodolfo. Otra a favor; no se lavan corrales, simplemente porque el tambo móvil no tiene corrales. La única tarea extra que implica es, obviamente, correr los equipos a un terreno seco cien metros más allá, dependiendo de la consistencia de la tierra.
Esperanza en la crisis
Rodolfo avisa que el alambre tiene electricidad. Lo levanta con cuidado pero sin miedo, para que pasen las visitas. Cuenta que arrancó con el tambo en 1989. Antes hacían engorde de vaquillonas y ventas de cerdos. “En ese momento era un riesgo largarse con el tambo, pero, por una decisión de mi viejo, vimos que el tambo podía ser menos riesgoso que la agricultura.” Ese fue uno de los motivos, el otro: los hijos se reincorporaron al campo después de ir a estudiar a la ciudad. Esa fue la señal inequívoca para que don Montechiari armase el tambo, en el cual Rodolfo comparte las tareas con su hermano Fernando, encargado de la logística, de las maquinarias y de la agricultura con que alimentan a las vacas. 
Como las funciones de cada uno, el campo también está dividido de acuerdo al tipo de animal.
Tienen una guachera comunitaria para abastecer a sus campos, separados por varios kilómetros entre sí. En uno de ellos, hay vaquillonas, otro recibe las vacas del segundo parto en adelante y tienen un tercer campo donde hacen la recría de las vacas. Ocupan 214 hectáreas con un tambo fijo, 140 hectáreas en el campo de vaquillonas y 300 hectáreas en el tambo móvil, arrendado. Tienen unas 900 vacas en total.
El tambo de la familia está en medio de un mar de soja, una alfombra verde que cubre el horizonte de los campos de esta y de otras localidades vecinas de una región eminentemente sojera de Córdoba. A las vacas se las alimenta con 55 kilos de pastura por día, entre 8 y 9 kilos de grano de silo, medio kilo de heno de pastura, siete kilos de maíz molido, dos kilos cáscara de soja y un kilo de pelet de soja. “Con esa fórmula, no bajamos de los 25 mil litros de leche por día, en época de calores altos, con parámetros de primera calidad, con 300 mil células por día y por debajo de las 50 mil bacterias por día”. Industrializan el 65 por ciento de su producción lechera. La leche será queso y leche en polvo. Venden a Nestlé y su leche llega a la misma Córdoba, a Santiago del Estero, a Mendoza y a Buenos Aires.
Futuro blanco
Tito bromea casi desde antes de acercarse. Al jefe primero, al periodista después, al fotógrafo siempre, le juega sus mejores chistes, sobre todo cuando el fotógrafo Juan Carlos Casas recibe el inesperado bautismo vacuno en plena fosa de ordeñe. Es que acá los tiempos lo marcan las vacas, con dos turnos de ordeñe con casi 12 horas de distancia entre uno y otro y nada puede pasar para que la actividad del tambo se interrumpa. En medio del olor que hace toser, Tito, tambero desde hace casi 15 años, y su equipo, limpian todo todo el tiempo, sellan las ubres con yodo y sueltan las vacas al campo luego de la sesión. Rodolfo asoma para contar que dan servicio a los 18 meses y entre la segunda y la tercera lactancia encuentran los picos de rendimiento de las vacas. “En la última gestión tuvimos 15.500 litros de leche por hectárea”, aporta.
Rodolfo Montechiari nos despide con la misma cortesía de cuando nos vio. Encarna el ejemplo de una familia que no se queda con la realidad a pesar del contexto que rodea a la lechería y sube siempre la apuesta, más allá de pronósticos nefastos y crisis que presagian huracanes financieros. “Nuestra proyección es seguir creciendo, agrandar la cantidad de vacas en ordeñe”, pronostica. Y se le cree.

El Federal

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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