#Argentina: Comenzó una fase de liquidación del rodeo lechero argentino: más concentración con menos producción

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Diferencias con la situación uruguaya.La lechería argentina comenzó una fase de liquidación de vientres que promoverá una reducción significativa de la oferta de leche (fenómeno que ya ocurrió en el sector ganadero de carne).
Los últimos datos oficiales indican que en el primer mes de 2013 la recepción de leche en las principales industrias lácteas argentinas descendió un 11% con respecto al mismo mes del año pasado. En febrero y lo que va de marzo la cantidad de leche siguió cayendo.
La reducción del stock de hacienda lechera se produce a través de dos vías. La primera es una reducción del rodeo por parte de tamberos que liquidan parte de su stock para sobrevivir. La segunda corre por cuenta de aquellos que tiran la toalla y liquidan tambos para pasarse a la agricultura; en este último caso, parte de las vacas son adquiridas por otros tambos (proceso de concentración) y parte van a faena.
En el actual contexto los industriales lácteos comenzaron a aumentar en los últimos meses el valor de la leche pagada a los tamberos para intentar evitar una mayor sangría. Pero la acelerada depreciación del peso argentino neutralizó esa estrategia.
Los tamberos argentinos, en promedio, están cobrando unos 0,34 u$s/litro de leche, mientras que sus pares uruguayos en febrero pasado comenzaron a recibir 0,40 u$s/litro (y en el vecino país también comenzó a caer la producción porque los tamberos consideran que los precios recibidos no son suficientes para cubrir los crecientes costos de producción) (ver gráfico).
Alguien podrá decir: pero en Uruguay el maíz es más caro. Es cierto (tiene un valor actual del orden de 250 u$s/tonelada). En enero pasado se necesitaron en promedio 0,55 litro de leche para comprar un kilo de maíz en Argentina versus 0,65 litro en Uruguay. Pero el hecho es que ese subsidio aportado por los productores maiceros (producto de las retenciones y la intervención oficial) no alcanza a compensar los permanentes aumentos de costos de salarios, energía y combustibles (además, muchos tamberos son también productores de su propio maíz, con lo cual se trata de un subsidio de entrecasa).
La capacidad de la industria láctea argentina para seguir aumentando el valor pagado a los tamberos es bastante limitada a partir del congelamiento (virtual) de precios que (supuestamente) comenzaron a aplicar las principales cadenas de supermercados por orden de la Secretaría de Comercio Interior.
Lo cierto es que esa política –que aparentemente seguiría hasta fines del presente año– congeló los precios mayoristas de la mayor parte de los productos lácteos. Pero los costos de producción de las usinas –leche, salarios sindicalizados, energía y demás– siguen un inexorable curso ascendente.
La posibilidad de una mejora de los precios internacionales de la leche en polvo pueda trasladarse hacia el primer eslabón de la cadena –tal como sucede en Uruguay– es inviable en el marco de la política económica kirchnerista (en febrero pasado el precio promedio de la leche en polvo entera en Uruguay fue de 3942 u$s/tonelada versus 3711 y 3545 u$s/tonelada en enero de 2013 y diciembre de 2012 respectivamente).
La “falta” de un precio adecuado para el sector lechero es ultra-democrática: afecta a todos por igual (la diferencia es que algunos tienen resto para los primeros quince minutos y otros para todo el partido y tiempo suplementario). Los mega tambos de Cresud y Adecoagro –dos de las mayores compañías agropecuarias argentinas– pierden dinero.
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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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