Duro informe industrial.
En lo que puede definirse como una tormenta perfecta entre la devalución del real, la del euro y la del rublo; la caída de los precios de las productos que Argentina vende al mundo y el aumento de los costos domésticos; las exportaciones de alimentos derraparon 10,2% en lo que va del año en comparación con el mismo período de 2014. Y si se separan los embarques de aceites y pellets, las exportaciones de alimentos caen 20,5%. Los datos pertenecen a Copal, que cobija a 37 cámaras de la industria de la alimentación y a la que no se le puede reprochar quedarse de brazos cruzados. En lo que es una peregrinación, la entidad conducida por Daniel Funes de Rioja, advirtió que hay que tomar medidas. No solo estuvo reunida con el ministro Kicillof, el Jefe de Gabinete Aníbal Fernández y el secretario de Comercio Augusto Costa.
-¿Qué le respondieron?, se le preguntó
-Nos escucharon.
La Copal también llevó su propuesta de agenda urgente a los presidenciables Scioli, Macri y Massa.
En las economías regionales el bajón de las exportaciones es dramático, liderado por peras y manzanas con bajas del 42%. Funes de Rioja enfatizó que cuando se pierde un mercado externo enseguida se ocupa el lugar vacío y es muy difícil recuperarlo. Y responsabilizó a la alta presón impositiva que asciende al 41% si se suman las tasas a distintos niveles. «En la Argentina se instala una fábrica y al día siguiente se inventa un impuesto», resumió este mediodía ante un grupo de periodistas.
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