El 31 de octubre se venció el último acuerdo que establecía un cupo máximo de 3600 TON mensuales. Argentina quiere subir ese número a 5000 TON pero Brasil tiene otro plan: otorgar las licencias de compra a unos pocos importadores para concentrar la demanda y manejar los precios.
Después de tantas idas y vueltas en el 2011, Argentina y Brasil aceptaron establecer 3600 toneladas mensuales para la exportación de leche en polvo. La propuesta nacional eran de 4000 toneladas pero los brasileros dejaron en claro que su límite estaba por debajo de ese número, postura que hoy mantienen. «Ellos temen que, por ser Argentina una lechería grande junto con Uruguay y con Chile, tomemos una parte muy fuerte de su mercado y en consecuencia se perjudique a los productores locales.
El 31 de octubre se venció este último acuerdo y aunque fue prorrogado hasta fin de mes, recién esta semana comenzaron a mover las licencias de importación en Brasil. Paulón detalló que la Confederación de Agricultura y Ganadería (CNA), la Organizaciones de las Cooperativas de Leche de Brasil (OCB) y la Federación de Cooperativas Brasileras de Leche pidieron un plazo para dialogar con el Ministerio de desenvolvimiento industria y comercio Exterior de Brasil sobre sus condiciones para llegar a un nuevo acuerdo con Argentina. «Ellos quieren ser los que otorguen a los exportadores los cupos. De esta manera, las licencias las tendrían muy pocos importadores que van a terminar concentrando la demanda y manejando obviamente los precios», aseveró Paulón.
Afirmó que la Argentina se opone a esa condición y que este año buscará subir la cuota a 5000 toneladas mensuales. Lo cierto es que hoy ya no somos su principal proveedor de leche en polvo. En lo que va del año, nuestro país vendió al país carioca cerca de 29.000 toneladas de leche en polvo mientras que Uruguay superó las 35.000 toneladas.
En 2009, cuando nuestro mayor socio del Mercosur nos comenzó a imponer las cuotas para la exportación, llegamos a venderle cerca de 44 mil toneladas. Ese mismo año, Uruguay apenas superaba las 22 mil toneladas. Ni Chile ni Uruguay están atados a ningún acuerdo. «No quieren limitar cada vez más por motivos políticos», indicó Paulón
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