Argentina: APLA dice no querer ser más «instrumento político de nadie»

Por Elida Thiery - La entidad tambera surgida este verano y con la reciente consecución de la personería jurídica modifica su postura en medio de la baja generalizada del litro de leche.
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Por Elida Thiery – La entidad tambera surgida este verano y con la reciente consecución de la personería jurídica modifica su postura en medio de la baja generalizada del litro de leche.
De aquel ímpetu que tuvo a mediados de julio una manifestación regional, que generó además de los bloqueos de muchas plantas, la consecuencia del derrame de millones de litros de leche, sin haberse logrado detener las bajas en los precios al productor, pero tampoco mejorar las condiciones de la cadena y mucho menos del eslabón inicial.
Lo manifestábamos en este espacio hace mucho, ninguno de los esfuerzos hechos por los productores y ninguna de las acciones de las industrias lograron torcer el rumbo sabido, que se había eludido de alguna manera allá por enero, terminó cayendo desde junio en los precios por la materia prima, generando una tendencia que no se revertiría hasta el próximo año. Con bajas de entre 30 y 50 centavos para los pagos de este mes, sobre la leche de agosto y con cifras inciertas para la materia prima que se produce en estos días, pero con nuevos cálculos en declive.
Las ayudas a través de subsidios que se pagarán por la leche de junio, recién el 30 de setiembre, no lograrán subsanar semejante daño para un sector preocupado y ocupado, pero que no recibe respuestas en consecuencia desde la Nación. Ahora se anunció la extensión del subsidio para la leche de julio, con plazos inciertos, pero con el esquema de cubrir los primeros 2.900 litros de quienes lleguen hasta seis mil por día. También hacíamos la cuenta y son 870 pesos diarios y hasta 26.100 en un mes, con lo cual sólo se puede cubrir algún gasto extraordinario pero de ninguna manera ordenar las finanzas de la empresa tambera, cubrir servicios, mano de obra o gastos a cuenta. La definición política tiene que ir más allá, lograr abarcar puntos clave para tamberos, industriales e incluso consumidores, a través de la cadena comercial.
Hoy las ofertas de dos por uno que hacen algunos supermercados o poner a la leche en tetrabrik al mismo precio que el sachet no logran descomprimir al mercado interno y sin liquidación de materia prima con productos económicamente competitivos, se sigue sintiendo el agobio que con la llegada oficial de la primavera no hará más que agravar la sensación, que dificultar los cálculos económicos y de existencias.
Respuestas
Llama la atención en las últimas horas la extensión de un comunicado por parte de la Asociación de Productores de Leche de Argentina.
APLA indica que «ante la baja ya reiterada, inaceptable e inevitable del precio de la leche, está siendo cuestionada por no tomar medidas o generar medidas de fuerza a través de sus socios, adherentes, y simpatizantes. Hemos analizado ésto en una reunión de Comisión Directiva el día lunes 7 en Suardi, discutiendo unas cuantas horas, y hemos decidido por el momento no ser los instrumentos políticos de nadie». Es llamativo que una entidad recientemente formada defina su postura de esa manera, ya que no debería tener ningún vínculo o motivación política, salvo que las acciones de julio frente a las plantas hayan tenido el empujón de un funcionario, como también lo expresamos desde aquí. Aunque luego esa persona no entregó ninguna solución e incluso los expuso en varios momentos, sobre todo con quien fuera un aliado gremial inicial, APLA quedó bien conformada y posicionada entre algunos productores y sale a establecer las alternativas de un trabajo sostenido hasta estos días.
«Generar una medida de fuerza en el contexto político-económico en el cual estamos inmersos, es tirar y por lo tanto desperdiciar, millones de litros de leche, que según algunas empresas que integran el CIL sobra, leche que en lugar de ser un alimento y bendición, parece ser un problema y maldición», ésto deja en claro que las ideas se han modificado en dos meses, cuando el panorama era aún más complicado, porque hoy en el exterior la leche ya vale más que en julio.
Luego de consideraciones poco ligadas al sector lechero, APLA explicita, «nosotros hace meses decimos que va a pasar lo que lamentablemente hoy está pasando, y decidimos trabajar de forma distinta, construir en lugar de destruir, buscamos la sanción de una ley, trabajando en la conformación un fondo anticíclico, pensando en soluciones que no sólo mitiguen la crisis actual sino una verdadera solución de fondo para el futuro de la lechería argentina, para lo cual estamos esperando una respuesta política contundente de parte de este gobierno. Seguimos trabajando donde otros egoístamente renunciaron, seguimos trabajando ahora, y lo seguiremos haciendo en el futuro, sin absurdos e hipócritas renunciamientos, codo a codo con cualquier entidad hermana y con todos los gobiernos, del color político que sea», aunque luego reiteran «nosotros no vamos a ser juguete de nadie».
En concreto, con gestiones truncas en la Nación, por el desinterés oficial de resolver los temas pendientes, APLA inició esta semana las tratativas para donar leche para «los campos de refugiados, así como a los niños de nuestro querido país que lo necesitan».
Además, explicaron que se sigue trabajando con el Banco Nación, para el financiamiento de los tamberos, aunque ya han sido rechazados muchos pedidos por la imposibilidad de seguir sumando deuda a muchos solicitantes; y del mismo modo destacan que ya hay gestiones para generar una reunión con «AFIP en sus más altos niveles nacionales, para lograr diálogo de trabajo».
Quizá en todo el texto donde se menciona a un «monopólico y extranjerizado Centro de la Industria Lechera», los integrantes de Apla deberían consultarse cuántas industrias se vendieron a capitales extranjeros en estos últimos 12 años, cuánto se ha desvalorizado la economía argentina y con ella sus productos, pero también la cantidad de mercados internacionales perdidos que hacen que hoy la leche inunde las góndolas, no tenga salida a granel como se desearía, pero que tampoco se puede vender hacia afuera, por ideas retrógradas de conservación interna, hecho que es rentable e indiscutible para las empresas.
El punto clave de la lechería argentina en estos años es el de haber tendido siempre a enfrentar a productores con industrias, a entidades entre sí, pero jamás se supieron dar soluciones concretas a los problemas que se fueron presentando y complicando con el paso del tiempo.
Han sido múltiples las formas de presentar propuestas de cambio, alternativas para cada situación. Parecen eternas las asambleas, los piquetes y las mesas de diálogo sin resultados, forzados o acordados. Desde 2008 la historia se repite, con un deterioro en el número de tamberos, pero con mayor concentración productiva, que es lo que va en contra de la prédica. Esto es lo que se debe revertir lo antes posible, con la leche como ejemplo de tantas otras producciones y sobre todo por su influencia como economía regional.
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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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