¨Lo que ocurrió en el sector lácteo es un colapso inmenso¨

El análisis de Carlos Seggiaro, el economista ligado al sector productivo trata de advertir sobre un horizonte complejo para tamberos e industrias y una recuperación por demás extensa que dejará a muchos en el camino.
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El análisis de Carlos Seggiaro, el economista ligado al sector productivo trata de advertir sobre un horizonte complejo para tamberos e industrias y una recuperación por demás extensa que dejará a muchos en el camino.
Por Elida Thiery – Con el paso del gabinete completo del Ministerio de la Producción por la ciudad de Rafaela quedaron muchas cuestiones expuestas, vinculadas directamente a las consecuencias de las inundaciones en todo el territorio provincial, pero particularmente la situación de pérdida que sufre el sector lechero, llegando a los 14 millones de pesos por día. Del mismo modo, el reclamo de Luis Contigiani por la aplicación de aumentos en los combustibles justo en el reinicio de la cosecha se hizo sentir.
Pero todo esto se enmarca en una capacitación que tuvieron los funcionarios a partir de una charla brindada por el economista cordobés, Carlos Seggiaro. Especialista en temas ligados a la producción y con una clara visión de la realidad, sin condescendencias, repasó los parámetros que nos harán llegar a un fin de año levemente más promisorio que estos tiempos.
«Las decisiones del Gobierno están dentro de un contexto donde los granos, harinas, aceites, metales, oro, entre otros, tomando a los principales 25 commodities muestran un declive de precios que genera un nivel mundial de recesión, que se nota en Europa y Japón, con China en clara desaceleración y todo esto afecta al contexto internacional». Mientras que la economía mundial se está recuperando desde el piso, lentamente hacia el año próximo, con un alza en el precio del petróleo por un freno en la producción y con el valor mínimo de los cereales y granos entre enero y febrero, hay incertidumbre con la soja argentina y la producción mundial de aceite de palma, todo vinculado al Niño.
Hay que tener en cuenta algo que destaca Seggiaro que es que «la capacidad de reacción tiene mucho que ver con la capacidad de lobby», en referencia al rango de respuestas ante las demandas de los sectores en una senda hacia un 2020 mucho más favorable, pero que tiene en el medio un inevitable ajuste como el que se está dando. Seggiaro ve una recuperación a partir de 2017, por el ingreso de capitales y crédito disponible, que es sobre lo que se basa la apuesta del gobierno de Macri, además de cambiar el modelo de basar el PBI en el consumo y el gasto público, prioritariamente, hacia lo que empieza a regir ahora en la priorización de inversiones productivas y exportaciones.
«El déficit fiscal va a ser igual al del año pasado y del déficit comercial negativo, como el del año pasado y con el mismo margen que en 2009», por eso se dio un arreglo rápido con los «fondos buitre», «para llegar a la otra orilla, para poder tomar crédito, lo que resultará en algo altamente probable, que es que las calificadoras pasen de país fronterizo a emergente y con un riesgo país de unos 200 puntos o menos».
En un diálogo exclusivo con CASTELLANOS, el analista sostuvo que «ganara quien ganara las elecciones, se habían acumulado una serie de distorsiones que necesitaban un reacomodamiento y con ello vendría una devaluación, un ajuste de tarifas, aumento de las tasas de interés en el sistema financiero y también una respuesta en cuanto a las exportaciones. Las diferencias en las decisiones iban a ser de grado, entre el shock y las decisiones más lentas, pero está claro que la modificación del tipo de cambio y la baja de retenciones iban a determinar un aumento de precios en los alimentos». Como para tener el pantallazo inicial, Seggiaro se muestra sorprendido por no haberse contemplado una gradualidad en cuanto a las retenciones al maíz, «porque es un producto que tiene impacto positivo en un segmento y muy negativos en otros, como es el tambo, la avicultura e incluso la cría de cerdos, por ejemplo. La acción combinada de una eliminación de retenciones, de eliminación de los Roe (permisos de exportación) y una devaluación real del 50 por ciento, generó un golpe en el precio del maíz que fue una excelente noticia solo para el productor agrícola, siendo una lápida para el resto, por los costos». Por lo tanto el impacto de los precios medido en términos adquisitivos, dan un indicio de «generar un impacto recesivo hasta fin de año para la economía argentina y para los sectores asalariados».
Entonces en el reacomodamiento sectorial se da «un combo complicado» para ciertas economías, sobre todo con ciertas indefiniciones sobre la cotización del dólar. Para Seggiaro la moneda estadounidense podría situarse a fin de año algo por encima de los 16 pesos, pero no mucho más allá como algunos sectores aguardan, como podría ser un roce de los 18 pesos si se contemplara la fluctuación de la inflación. «Hoy un dólar un poco más alto plantearía un escenario mucho más traumático para varios sectores de la sociedad argentina y cualquier empresario debe interpretar que esto es así, por lo tanto no va a ocurrir», para mediar en los intereses de todos.
El economista destaca como «otra pata complicada» la de las tasas de interés positivas frente a una gran inflación, «sobre todo para productores que tienen compromisos financieros». Es así que la gran oferta de crédito que hoy hay, sobre todo luego de la emergencia y con las limitaciones de cada caso en particular, el panorama no se hace sencillo.
Lechería
Claro que un agricultor, por más pérdida que tenga no está en la situación de los tamberos, con crisis y déficit acumulados, sumados al fenómeno El Niño.
«Lo que ocurrió en el sector lácteo es un colapso inmenso, mi lectura es que todavía no vimos lo peor, en términos del problema sanitarios que van a tener consecuencias aún no vistas, pero además la caída en la producción láctea demandará un ciclo completo, con lo cual la merma no se va a recuperar a lo largo de todo el año, por eso hay ofertas de leche cercanas a los cuatro pesos por litro. Más allá de esto, la peor parte de la película la tienen las empresas Pymes lácteas, porque el colapso sobre el sector ya se produjo y ahora hay que salir como un bombero con recursos, lo cual generará una decantación entre los que no tienen con qué. Además de la salida de productores que se está dando, presumo que se va a dar en el sector industrial, que es lo que se viene, porque no hay más leche, el que tenía quesos en las cámaras hace seis meses ya no tiene nada y por lo tanto hay que salir a pagar más la leche, con aumento de costos energéticos y una venidera suba salarial, en una economía que está en recesión y que no tendrá posibilidad de trasladar el aumento de costos a los precios mayoristas y mucho menos al consumo final».
Sobre esto Seggiaro pone su atención y llama a pensar en estrategias políticas, para no terminar viendo el peor final como en un dominó cómo se traslada a través de la cadena.
En este sentido, la alternativa de generar endeudamiento a través de los gobiernos para conseguir liquidez directa y así financiar las pérdidas, en plazos lógicos de devolución es algo viable. El economista sostuvo que «un aporte no reintegrable o una suerte de bono sería algo muy interesante en un contexto en el que estamos hablando no de ineficiencias, sino para un sector que padeció un siniestro y es atendible». Allí contempla la posibilidad de tomar un excedente de la contracción de deuda que se dio para el pago ante «holdouts» que de 11 mil millones de dólares consiguió unos cinco mil millones más que podría colocarse directamente en este sector, tomando en cuenta los cálculos que hacen entidades e incluso organismos, de ese mismo monto perdido por el agua en todo el sector productivo del Litoral y la región central del país. «De todos modos el gobierno debe pensar en la reacción en cadena que puede tener una decisión de este tipo, porque son muchas las economías que están en emergencia».
A lo que se refiere Seggiaro es que hay que tomar decisiones complementarias y que incluyan a otros segmentos, mencionando el economista que más allá de la lechería, Santa Fe empieza a lidiar con variables como la caída del 30 por ciento en la venta de muebles y el ingreso de productos desde Brasil a menores valores.
No es un momento sencillo, para decisiones y para destinos, con realidades muy diversas Argentina enfrenta la definición de una campaña a todo o nada, donde «las zonas agrícolas marginales, a contramano de lo que ocurrió siempre, están jugando un partido excepcional a diferencia de la Zona Núcleo». Por lo tanto, los que saquen la cabeza fuera del agua, los que eludan la posibilidad de salir del negocio, los que resistan a un remate del tambo, «pueden aprovechar los precios de la leche que irán arriba de cuatro pesos por necesidad y los dos pagos de compensaciones que están pendientes, pero no deja de plantearse el beneficio de unos en perjuicio de otros. Hoy los productores agrícolas puede acceder a tasas de interés en pesos muy buenas, para que salgan a vender las cosechas a modo de zanahoria para atraer más dinero, al menos en los próximos dos o tres meses».
La conclusión de Seggiaro habla de un momento complejo, con atisbos de recuperación hacia fin de año y un 2017 mucho más promisorio, sin embargo solo los valientes o los que hayan tenido algún tipo de resguardo sobrevivirán a un sacudón histórico, que se llevará consigo a débiles y a fuertes, casi en la misma medida.
Castellanos
http://elidaescribe.blogspot.com.ar/

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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